Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 174

Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! update Capítulo 174

O anúncio Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! atualizou Capítulo 174 com muitos detalhes surpreendentes e inesperados. Em escrita fluente, em texto calmo, simples, mas sincero, às vezes o romance do autor Internet em Capítulo 174 nos leva a um novo horizonte. Vamos ler a série Capítulo 174 Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! aqui.

Chaves de pesquisa: Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! Capítulo 174

—Secretaria Viviana, coma un camarón.

David peló un langostino y lo colocó en el plato que se encontraba frente a ella.

Viviana se detuvo de repente.

Luego respondió con entusiasmo: —¡Muchas gracias!

Cuando terminó de comer el camarón, él entusiasta le sirvió una costilla de cordero a la plancha.—Secretaria Viviana, sírvase por favor usted un poco de carne.

—¡Sí, sí, sí!

—Secretaria Viviana, tome un poco de sopa.—Él muy atento le sirvió una taza.

—¡Ok, muchas gracias!

—Secretaria Viviana...

—¡Sí, sí! ¡Muchísimas gracias!

...

La secretaria Viviana se quedó congelada, como un robot.

Mordía los cubiertos nerviosa, giró la cabeza hacia un lado y cerró los ojos.

Ay... habló demasiado pronto.

David la observaba con una expresión entre divertida y desconcertada, el borde de sus labios se curvó como si estuviera mostrando una sonrisa sin llegar a hacerlo. Después de un rato, retomó la conversación: —No hace falta que me agradezcas tanto. ¿Por qué no me pelas tú un camarón?

Viviana volteó la cabeza y dejó los platos.—Claro, con gusto yo te pelo.

Comenzó concentrada a lidiar con los langostinos.

Uno tras otro.

Concentradita en dicha tarea.

Los langostinos eran grandes. En menos de dos minutos, había una pequeña montaña frente a él.

David se detuvo por un instante.

Tomó uno, se lo comió, suspiró de manera repentina y levanto la mirada.—Solo vine a comer. No es como si después de esta cena fuera a venderte. No tienes por qué ponerte tan nerviosa.

Viviana tenía una expresión de "no entiendo lo que estás diciendo".—¿Nerviosa yo? ¿Por qué estaría nerviosa? Anda, come los camarones antes de que se enfríen.

David se detuvo otra vez.

Viviana: ...

Sentía que se estaba derrumbando poco a poco.

El presidente siguió comiendo camarones en silencio.

Cuando ya casi habían terminado, Viviana se apresuró a tomar la cuenta.—Jefe David, de verdad, muchas gracias por el día de hoy. No tengo palabras para expresar mi gratitud. Esta vez yo invito.

El rostro de David se ensombreció.—Secretaria Viviana, su habilidad para arruinar relaciones es comparable a la de un equipo de ingeniería profesional.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate!