Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 285

¡Dios mío!

Esto no puede ser...

En un instante, Viviana se sintió como si estuviera sentada en un cohete, zumbando hacia el cielo. Todo su ser, de pronto sacudido por la velocidad, hizo que sus pupilas temblaran y su respiración se detuviera de forma abrupta.

David notó de inmediato su expresión inusual.

Bajó la vista para observar con detenimiento.

La situación era extremadamente crítica.

—¡No mires!

Viviana se lanzó furiosa sobre él, cubriendo su mano con todo su cuerpo, arrebatándole el celular sin importarle nada más.

—...

David se asustó.

El gatito también, saltando al sofá.

Viviana se levantó asustada y retrocedió, diciendo de manera poco natural: —Es solo... Estaba hablando de algo muy privado con una amiga, no es apropiado que otros lo vean.

David se tornó suspicaz: —¿Cosas privadas? ¿Acaso el proceso de cómo asesinas a alguien fue capturado por causalidad por tu amiga y ahora te está extorsionando?

—...

Viviana no habló, no podía hablar.

Lo peor de todo era que los sonidos de las notificaciones aún no cesaban.

¡Dios mío... cuántos modelos nuevos había! ¡Ella no estaba interesada en comprar! No necesitaba que le enviaran todo.

David se mostró aún más inquieto.

—Voy a comprar algo de comer para el gatito.

Dicho esto, Viviana salió apresurada de la oficina del presidente.

Se escondió en su oficina y abrió su celular; las imágenes que vio la hicieron sonrojarse y estremecerse, eran totalmente... impactantes y asombrosas.

No se atrevía a pensar qué pasaría si David por equivocación las viera; solo de pensar en ello sentía una vergüenza que la hacía querer morir, esto era algo más explosivo que aquel incidente con los condones.

Era posible que solo fueran rumores, había que analizarlo muy bien. Decir que David cambió debido a ella era absurdo, y la posibilidad de que fuera homosexual tampoco parecía probable desde varios ángulos; él era simplemente un hombre directo.

En cuanto a Fausto, él era un tipo demasiado franco, desinhibido en mostrar su gusto por los hombres sin temor alguno a ser malinterpretado. Pero, si observabas con detenimiento en realidad no había hecho ningún gesto verdaderamente abierto hacia David.

Samuel sonrió: —Claro que no, ¿cómo podría el jefe David gustarle los hombres?

—En cuanto al jefe Fausto, él es así, despreocupado, siempre le gusta bromear. De hecho, tuvo una novia hace mucho tiempo.

Viviana, algo sorprendida, parecía entender: —¿Así que ahora está fingiendo una imagen pública?

Samuel: —La situación del jefe Fausto es demasiado complicada, no sería raro que en cualquier momento hiciese cualquier cosa.

Viendo que Samuel parecía saberlo todo, Viviana aprovechó para indagar: —¿Sabes algo sobre el jefe Evaristo? Su actual esposa no fue su primera esposa, al parecer hubo una historia interesante.

Al mencionar esto, el espíritu chismoso de Samuel se encendió enseguida.

Le pasó el gatito a Viviana, fue silencioso a cerrar la puerta, y volvió diciendo: —Eso no es una historia, fue un horrible accidente, un registro sangriento de una familia acaudalada.

Viviana intrigada acariciaba la cabeza del gatito: —Vamos, cuenta, cuenta todo lo que sabes.