Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 286

Así, Samuel le contó a Viviana desde el principio hasta el final el registro sangriento de esta familia acaudalada.

Por supuesto, en el proceso de contar la historia, no faltó un poco las exageraciones intencionadas para crear un sentido plenamente dramático, además de una serie de monólogos internos que nadie más conocía.

Al escuchar cómo Claudia, la primera esposa que estaba a punto de dar a luz, salió con su hijo y sufrió un grave accidente de auto en el que ambos murieron, Viviana no pudo evitar con asombro cubrirse la boca, sintiéndose triste.

—Viviana, ¿por qué te pusiste a llorar? Las mujeres son tan emotivas. —bromeó Samuel, pasándole un pañuelo.

—Yo por lo regular no soy así.

Viviana se secó, avergonzada.

Ella realmente no era así.

No era una persona melancólica y no sabía por qué esta historia le había causado una tristeza especial, quizás porque era trágica, o tal vez porque ese día el jefe Evaristo había dicho que se parecía a su difunta esposa... ¡Bah, ese mal hombre qué derecho tiene de extrañar a su esposa muerta!

¡Un tipo peor que Cipriano!

¡Un hombre malvado como un demonio!

Samuel tomó un sorbo de su té de los ocho tesoros.—¿Sabes por qué fue jefe Fausto el heredero? Porque la hija que Martina tuvo después, sufrió un leve retraso mental, y después no tuvieron más hijos. El hijo biológico de jefe Evaristo murió en un accidente de auto, así que tuvieron que elegir a alguien de la familia para criarlo. Martina, no contenta, intentó por todos los medios deshacerse del jefe Fausto, pero afortunadamente, el jefe Fausto tiene muy buena suerte.

Viviana pasmada por la historia sacudió la cabeza.—Esta familia me asfixia al escucharla.

Samuel,—por eso digo que es muy importante para una mujer casarse con el hombre adecuado. Adriana era antes muy buena amiga de Claudia, ambas se casaron en familias aristocráticas, pero sus finales son diferentes.

Viviana salió aturdida de la casa de Samuel.

Estuvo deprimida hasta que terminó el trabajo.

Su mente siempre volvía a ese final.

Imagínate, al principio del matrimonio, todo es bastante feliz, y con el paso de los días, todo toma direcciones impensables... una con hijos y un esposo que la adora... y la otra ya fallecida...

Incluso ahora no había dónde buscar justicia.

Realmente muy enojada.

...

Llegó la hora de salir del trabajo.