Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 89

Volver aquí, esta vez, todo se sentía diferente a las anteriores visitas.

Como si fuera un lugar turístico que había frecuentado intermitentemente a lo largo de los años, esta vez, sentía que era la última, con un toque de melancolía y liberación en su corazón.

Al entrar al comedor, vio la mesa llena de exquisitos platos, pero solo Bruno estaba sentado en la mesa.

Cipriano no estaba, tampoco Dolores.

Viviana pidió a su guardaespaldas que la empujara hasta la mesa y luego le indicó que esperara fuera.

—Presidente del consejo, Bruno.

Saludó con una sonrisa apropiada.

Bruno miró al guardaespaldas dirigiéndose hacia la puerta, su expresión se volvió un poco más sombría.

Sabía lo que Dolores y Susana habían intentado hacerle a Viviana en el hotel, por eso esta vez ella había venido con guardaespaldas, como si se protegiera de criminales.

La forma en que Viviana veía ahora su relación con ellos mostraba que la continuidad de este matrimonio, y la reconstrucción de la confianza entre la pareja, requeriría un enorme esfuerzo.

Bruno desvió la mirada y preguntó preocupado por la lesión de Viviana: —¿Qué le pasó a tu pierna?

—Nada serio, tuve un pequeño accidente mientras viajaba.

—Un viaje para despejarse también es bueno.

—Sería mejor, si no fuera por las molestias de Cipriano. Si él estuviera dispuesto a completar el divorcio rápidamente en el Registro Civil conmigo, sería aún mejor.

Viviana sonrió mientras hablaba, su tono era suave y cortés, pero sus palabras eran decisivas, saltándose las cortesías habituales.

Bruno guardó silencio.

Su rostro amable mostró un algo de autoridad: —¿Realmente no puedes darle a Cipriano otra oportunidad?

—Después de todo lo que ha pasado, creo que usted sabe lo que Cipriano ha hecho. ¿Cree que debería darle otra oportunidad? —Viviana le respondió con una pregunta.

—Tienes muy poca tolerancia para los defectos, pero la vida es larga. ¿Es posible esperar que un hombre te sea fiel sin cesar y no sucumba a las tentaciones externas? Incluso si Cipriano no busca a otras mujeres, ellas vendrán a él. Francamente, Cipriano ya es bastante bueno, siempre te ha tenido a ti en el corazón. Lo de Susana fue solo un desliz, ahora está dispuesto a cortar por lo sano y regresar contigo. ¿Por qué no le das otra oportunidad?

—Ah. —Viviana soltó una risa fría: —Tal vez tenga razón, y la mayoría de los hombres son así, Cipriano no es la excepción, pero ya no lo quiero.

—Viviana, eres demasiado obstinada.