Borracho y Atrevido: ¡Besé a un Magnate! romance Capítulo 90

¿Realmente ya no lo amaba?

¿Realmente no le importaba, no le afectaba en lo absoluto?

Si todavía sintiera algo, ¿cómo podría sonreír mientras decía esas palabras...?

Cipriano se apoyó en la pared con una mano, sintiéndose tan dolorido que casi no podía mantenerse en pie.

Resultó que el mayor castigo para Cipriano no era que Viviana quisiera divorciarse y alejarse, sino ser completamente borrado de su corazón.

Recordó a la mujer que lo había mirado con ojos llenos de amor, dispuesta a casarse en secreto con él, firmar un acuerdo prenupcial sin temor al rechazo de sus padres, feliz de estar a su lado.

¿Cómo había podido perderla?

En el comedor.

¡Pum!

Bruno golpeó la mesa con fuerza: —Viviana, no puedes ser tan codiciosa. ¿Crees realmente que vales el diez por ciento de las acciones?

Viviana no se irritó: —Parece que no está de acuerdo.

Suspiró con pesar: —En ese caso, mejor convenza a Cipriano para que termine el trámite con esta mujer codiciosa. Ahorraría treinta y cinco millones de dólares. Ustedes siempre han querido una nuera perfecta para su familia, ahora tienen la oportunidad perfecta. Si se cansa de Susana, puede buscar otra, le gustarán las mujeres frescas.

—¡Viviana!

Cipriano entró rápidamente desde la calle.

Su apariencia furiosa hizo que los guardaespaldas se pusieran tensos de inmediato, colocándose delante de Viviana.

Viviana sonrió y les indicó que se hicieran a un lado.

Los guardaespaldas se movieron un poco, pero no se fueron muy lejos. Habían sido contratados para proteger a esa dama.

—Has llegado tarde, ya he terminado de hablar con tu padre.

La mirada de Cipriano se tornó fría y dura al posarse en Viviana, y soltó una risa fría: —Estás tan ansiosa por estar soltera de nuevo, ¿es para correr a los brazos de David?

Bruno se alarmó.

¿Quién?

¿David?

Recordó el video del evento benéfico donde vio a ese hombre alto y guapo que no tenía nada que envidiar a Cipriano, el hijo mayor de Arturo.

Así que Viviana quería divorciarse de Cipriano para acercarse a la familia Medina.

—¡Viviana, piensas que porque pudiste casarte en la familia Guzmán, podrías hacer lo mismo con la familia Medina? ¡Eso es un sueño imposible!

Viviana miró a Bruno y a Cipriano sin palabras.

Tomó una respiración profunda, intentando no perder la calma: —Mi relación con David es completamente platónica, tengan cuidado con lo que dicen, la familia Medina podría tener problemas con ustedes por difamación.