Resumo de Capítulo 1096 – ¡Buenas noches, Señor Ares! por Internet
Em Capítulo 1096, um capítulo marcante do aclamado romance de Romance ¡Buenas noches, Señor Ares!, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de ¡Buenas noches, Señor Ares!.
“Apártate del camino, Grayson”, reprendió Jay a Grayson.
Grayson estaba a punto de hacerse a un lado cuando Angeline le ordenó: “No te atrevas. Ella me abofeteó y quiero devolverle esa bofetada. Mi reputación como Presidenta de Gran Asia no es una que cualquiera pueda pisotear”.
Un destello despiadado apareció en los ojos de Grayson, y abofeteó a la Señora Ares en la cara.
Jay casi se vuelve loco. Levantó las esposas y gruñó: “Déjame ir, Angeline Severe”.
Angeline resopló: “Ven a casa conmigo”.
Jay rugió: “Quiero irme a casa. No a tu casa, sino a la de mi madre”.
Angeline lo ignoró y tiró de las esposas con fuerza, lo que provocó que Jay se sacudiera hacia adelante.
Ella arrastró a Jay hasta el asiento trasero del Ferrari.
Jay miró las esposas con una mirada sombría...
“Abrélas, Angeline”.
“Las abriré cuando empieces a obedecer lo que te diga”.
¿Obedecer lo que dijera?
Los labios sensuales de Jay se curvaron en una mueca de desprecio. “Quizás en mi próxima vida”.
Angeline gruñó: “Entonces las abriré para ti en tu próxima vida”
Jay: “...”.
Jay seguía volteando para mirar a su madre adoptiva que se tambaleaba. La simpatía llenó su corazón ante la vista.
Cuanto más lamentable parecía la Señora Ares, más feroz parecía Angeline.
Pensó para sus adentros: ‘¿Quién diablos podría soportar el mal genio de esta chica?’.
¡No debería haberse involucrado con ella sin importar cuán ciego o sordo estuviera!
Angeline estaba tan furiosa que sacó los girasoles de diamantes incrustados en la puerta del Ferrari y los tiró por la ventanilla del coche.
Grayson estaba tan sorprendido que pisó el freno para recoger los girasoles.
Angeline lo reprendió: “¿Por qué los recoges? De todos modos, me los dio alguien que no tiene corazón. ¿Por qué deberíamos conservar algo que no tiene valor sentimental?”.
Jay frunció el ceño. “¿Por qué te desquitas con ellos cuando soy yo con quien estás enojada?”.
Angeline tomó los girasoles de la mano de Grayson y se los arrojó a Jay.
Luego se volteó para mirar por la ventana sin decir una palabra.
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