Resumo do capítulo Capítulo 1127 do livro ¡Buenas noches, Señor Ares! de Internet
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Angeline: [Estaba equivocada, Jaybie. Durian, teclado, y ábaco están listos. Me arrodillaré sobre ellos y esperaré tu regreso].
El hielo y el frío en los ojos de Jay se derritieron.
“Oh, esta chica”.
Él claramente todavía estaba enojado, pero su tono sonaba amable.
Jay regresó al Jardín del Diario al amanecer del día siguiente.
Sin embargo, lo que vio fue a Bebé Zetty desayunando sola en el comedor.
Cuando Jay no vio a Angeline después de mirar a su alrededor, él preguntó en un tono muy decepcionado: “¿Dónde está tu mami?”.
“El tío la llevó al trabajo”, respondió Bebé Zetty.
Jay frunció un poco el ceño. Ella fue tan sincera cuando se disculpó la noche anterior, pero aun así salió al amanecer y planeaba regresar al anochecer sin ninguna intención de cambiar este mal hábito en absoluto.
Cuando Bebé Zetty notó la expresión helada en el rostro de su papi, ella rápidamente sacó un paquete de medicamentos del cajón del gabinete y se lo arrojó a Jay, diciendo: “Papi, algo terrible debe haber sucedido en la compañía últimamente para provocarle ansiedad a mami nuevamente. En el pasado, mami siempre ha confiado en su propia fuerza de voluntad para superarlo, pero esta vez le pidió al doctor que le recetara su medicamento”.
Jay leyó la descripción de la medicina y cuando vio los efectos secundarios que venían con la medicina, la expresión de Jay se volvió triste.
“¿Mami tiene ansiedad severa? ¿Por qué el doctor le recetó medicamentos con efectos secundarios tan fuertes?”.
Bebé Zetty respondió: “Desde tu accidente hace tres años, a mami le diagnosticaron un trastorno de somatización. En ese entonces, ella solo tenía una pérdida temporal de la visión, pero ahora parece que se ha extendido a sus extremidades. Anoche vi las manos de mami temblando”.
Jay estaba un poco atónito…
Un toque de culpa se elevó en su corazón. Resultaba que Angeline estaba enferma la noche anterior. Él no debió haber perdido el temperamento con ella.
Jay miró a Bebé Zetty. “¿Sabes por qué a mami le diagnostican ansiedad, Bebé Zetty?"
Los ojos de Bebé Zetty se llenaron de lágrimas. “Es por ti, papi. ¿Sabes lo triste que estaba mami cuando desapareciste repentinamente hace tres años? Ella lloró todos los días y todas las noches y casi se mató al morderse la muñeca. Si el Tío Zayne no la hubiera atado, yo ya me habría convertido en huérfana”.
Si ni siquiera Angeline fuera incapaz de lidiar con ese pirata informático, nadie en Gran Asia podría hacerlo.
Sintiéndose tremendamente abatida, Angeline suspiró al final. “Cada época realmente trae nuevos genios. Parece que Gran Asia ha encontrado a un contrincante de su talla esta vez”.
Grayson sugirió: “¿Por qué no dejamos que el Amo Ares lo intente?”.
Angeline respondió: “Él aún no ha recuperado la memoria. Me temo que sus habilidades de piratería no están tan refinadas aún. Es más, hay una bomba de tiempo en su cuerpo, así que ¿por qué molestarse en decírselo y crear tanto alboroto innecesario?”.
Angeline se tambaleó cuando se levantó de su asiento y Zayne se apresuró a ayudarla. “No te preocupes, Angeline. Siempre habrá una solución”.
Angeline dijo abatida: “He cuidado del Gran Asia para Jaybie y finalmente esperé hasta el día en que regresara. Tan pronto como su memoria se recupere, le devolveré Gran Asia, así que, de esa manera, al menos he estado a la altura de sus expectativas. Pero en este momento parece que Dios está a punto de arruinar mi sueño”.
Zayne ayudó a Angeline a ocupar la silla ejecutiva. La desesperación era evidente en todo su hermoso rostro.
En ese momento, Jay entró por la puerta.
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