¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1306

El látigo que tenía en la mano cayó débilmente al suelo.

Tropezó hacia atrás, casi perdiendo el equilibrio.

De repente, una mano se presionó contra la espalda de Cole, y se escuchó la voz de Spencer diciendo: “Cole, mátalo”.

Cole negó con la cabeza profusamente, su expresión evidentemente mostraba que no quería hacerlo en absoluto.

Spencer miró a su hijo y trató de provocarlo poniéndole el arma en la mano. Trató de forzarlo mientras le decía: “Mátalo. La familia Yorks no es buena gente. Si no los matas, él te matará a ti primero”.

Cole arrojó la pistola al suelo, abrazó su cabeza y murmuró en agonía: ”No puedo matarlo…”.

Spencer estaba furioso. “¿Por qué tengo un hijo tan inútil como tú?”.

Jay de repente le ordenó a Cole: “Cole, toma el arma y mátame”.

Noel y Spencer estaban estupefactos. ¿Ben estaba pidiendo la muerte?

Spencer levantó la pistola y apretó el gatillo mientras apuntaba a Jay, rugiendo: “Muy bien, te concederé tu deseo”.

Cole de repente saltó y la bala le dio en la pierna. Comenzó a sangrar profusamente.

Spencer estaba asombrado. ¿Por qué Cole recibiría una bala por Ben?

Tiró el arma y corrió hacia Cole.

“Cole, ¿estás bien?”.

Cole respondió débilmente: “Papá, él no debe morir”.

“¿Por qué suplicar por él? Es un demonio. Cuando llegó a la fortaleza de los York, todos le temieron. Matarlo nos traerá tranquilidad”, dijo Spencer.

Cole respondió: “Antes de que lo mates, será mejor que le hagas una prueba de ADN…”.

La pistola fue pateada a un lado mientras Noel lo abrazaba con fuerza. Noel esperaba que él se defendiera, así que usó todas sus fuerzas.

Sin embargo, Jay era como un trozo de algodón y no mostraba ningún signo de resistencia.

Estaba completamente estupefacto.

Simplemente murmuró: “Angeline, Angeline, voy a ir contigo…”.

Noel tenía la sensación de que podría volverse loco después de volver en sí, así que para evitar eso, le dio a Jay un golpe en la parte posterior de la cabeza y lo sacó de allí.

Spencer lo siguió con Cole en su espalda.

Todos los guardias los miraron con asombro.

¿Desde cuándo un dios de la guerra como el Gran Viejo Amo era lo suficientemente amable como para llevar a un enemigo sobre sus hombros?