¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 1310

[Atualização] Leia o romance ¡Buenas noches, Señor Ares! Capítulo 1310

O romance ¡Buenas noches, Señor Ares! está COMPLETO. Leia Capítulo 1310 e os próximos capítulos em booktrk.com. Com detalhes dramáticos e inesperados, o autor Internet nos leva a um novo horizonte em Capítulo 1310. Leia Capítulo 1310 da série ¡Buenas noches, Señor Ares! aqui.

Ou baixe gratuitamente o PDF dos romances de ¡Buenas noches, Señor Ares! em es.novelebook.com.

Chave de pesquisa: ¡Buenas noches, Señor Ares! Capítulo 1310

Durante los siguientes días, Jay se negó a comer nada.

El Gran Viejo Amo Yorks le ordenó al médico que le diera más nutrición intravenosa para mantenerlo con vida.

Después de eso, el Gran Viejo Amo pensó largo y tendido sobre cómo hacer que su querido nieto se pusiera de pie nuevamente.

Al final, suspiró abatido. Los problemas de la mente necesitaban su propia cura. Jay estaba en ese estado por Angeline. Para que se pusiera de pie una vez más, necesitaría recuperar a Angeline.

¿Cómo podría ser eso posible?

Condado del Durazno Floreciente.

En una posada.

Angeline estaba acostada en la cama. Su cuerpo débil, el entorno extraño y ese misterioso adolescente que aparecía de vez en cuando la hacían sentir incómoda.

Afortunadamente, había una niña que la cuidó muy bien. Sin embargo, la pequeña no hablaba mucho, por lo que Angeline no sabía con exactitud su identidad.

En esos pocos días, la niña la apoyaba y colocaba la almohada detrás de su espalda antes de darle papilla.

En ese momento, el adolescente irrumpió repentinamente con una brizna de hierba en la boca. Él se burló de ella con rudeza: “Eres tan fría con todos, pero la estás cuidando como si fuera tu madre. Si me trataras la mitad de bien que a ella, sería más que feliz”.

Pequeña Trece respondió con una expresión cenicienta en su rostro: “¿No te trato bien?”.

Aunque no era precisamente amable cuando decía las cosas, lo ayudaba con todo. Ella lo ayudaba a preparar sus armas y polvos para evitar que algo saliera mal.

El joven extendió la pierna y murmuró: “Yo también estoy herido, pero no veo que me atiendas”.

Pequeña Trece: “...”.

Cuando regresó el otro día, ella había revisado su herida y se la había vendado. ¿No era eso atenderlo?

Capítulo 1310 1

Capítulo 1310 2

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Buenas noches, Señor Ares!