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Jenson se quedó quieto, preguntándose cómo iba a hacer que Bebé Robbie creyera que Monstruo no era tan inocente como pensaba.
Jenson creía que Bebé Robbie estaría dispuesto a irse a casa con ellos solo si se deshacía por completo del hechizo que la división de inteligencia militar tenía sobre él.
“Dime honestamente, entonces. ¿Cómo sobreviviste en la división de inteligencia militar en los últimos cuatro años?”. Una idea audaz se estaba gestando en la mente de Jenson. Tal vez debería visitar la división de inteligencia militar y encontrar él mismo pruebas criminales de Monstruo.
Ante la evidencia irrefutable, Bebé Robbie dejaría de ser tan persistente, conectaría los puntos y se iría a casa. Cuando eso sucediera, podrían volver a vivir juntos y felices como familia.
Para convencer a Jenson de su inocencia y la de la división de inteligencia militar, Bebé Robbie decidió no ocultarlo más.
Mientras estaban sentados en el banco de piedra en el bosque de bambú, Bebé Robbie le dijo a Jenson: “Cuando llegué por primera vez a la división de inteligencia militar, odiaba la osadía de mi padre adoptivo al igual que tú ahora. Era extremadamente cauteloso con la división. Cuando mi padre adoptivo me invitó a unirme a la división, estaba muy en contra. Estaba tan seguro de que mami y papi vendrían y me llevarían a casa, pero…”.
La expresión de Bebé Robbie se volvió triste. “Esperé todos los días y las noches durante dos años, pero ninguno de ustedes apareció. El recuerdo que tenía de mi hogar finalmente se volvió borroso. Las hermanas de la división de inteligencia militar me cuidaron como si fuera un miembro de su familia. Mi padre adoptivo nunca me obligó a hacer nada que no me gustara tampoco. Sentí calidez allí. Cuando me di cuenta de que había desarrollado sentimientos por la división de inteligencia militar, me sentí como un alma fuera de lugar, atrapado entre el hogar y la división donde iría y vendría constantemente”.
“¿Puedes entender el dolor por el que pasé, Jenson?”.
“Aunque no era uno de los miembros de la división de inteligencia militar, cada vez que veía a mis hermanas en misiones, me preocupaba. Cuando un agente moría ahí fuera... me sentía culpable y me culpaba a mí mismo. Me decía a mí mismo: ‘Claramente tengo la capacidad de protegerlos, pero debido a mi persistencia en ir a casa, he optado por permanecer al margen y verlos morir’”.
“Al final, me convencí a mí mismo de olvidarme de mi hogar, olvidarme de todos ustedes y aceptar mi destino al unirme a la división de inteligencia militar. Desde entonces, he considerado la división como mi hogar”.
“¡Por favor, déjame ir, Jenson!”, rogó Bebé Robbie con impotencia.
En ese momento, Bebé Robbie pudo sentir una vez más que su alma se aplastaba entre su hogar y la división de inteligencia militar. Lo hizo sentir extremadamente incómodo.
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