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En ese momento, Angeline finalmente se dio cuenta de un hecho inmutable: Chloe era la madre de Jay. Esta era una relación de sangre que nadie podía cambiar.
Si quisiera que Jay cortara los lazos con su madre, su esperanza no solo parecería cruel, sino que también sería una ilusión.
“¡Angeline!”. Cole corrió como un torbellino, y tomó a la suave y flácida Angeline.
De esta manera, Angeline se quedó en la Villa del Tiempo, descansando en la habitación de la Hermana Shirley mientras esperaba que su cuerpo se recuperara.
Mientras tanto, Jay corrió a la clínica sosteniendo a Chloe en sus brazos. Jordan y el gran Viejo Amo Yorks se apresuraron después de escuchar la noticia de que Chloe estaba herida.
Chloe entró en Urgencias. Jordan y el gran Viejo Amo Yorks esperaban afuera ansiosos, lanzando miradas al Jay de aspecto solemne de vez en cuando.
El gran Viejo Amo Yorks no pudo soportarlo más. Quizás fue por el amor que sentía por su hija que comenzó a criticar duramente a la culpable.
“Jay, realmente necesitas controlar a tu esposa. Tu madre tiene suerte de estar viva después de todo el sufrimiento por el que ha pasado. Angeline y tú deben cumplir con su deber de obedecerla”.
Jay se acercó al gran Viejo Amo Yorks con pasos lentos y pesados. Se sentía inmensamente en conflicto. Él defendió a Angeline con amor y afecto. “Le estás echando la culpa a Angeline solo porque sientes pena por tu hija. ¿Por qué, ella no es la niña de los ojos de mis suegros tampoco? Tu hija deliberadamente le puso las cosas difíciles, así que ¿por qué no cumples con tu deber de educarla? Ahora que tu hija está herida, vienes aquí y le echas la culpa a Angeline. ¿Se supone que Angeline sufra las repercusiones de su comportamiento irracional solo porque tu hija tiene mala salud?”.
Jordan se enfureció. “¡Jay, ella es tu madre!”.
Jay replicó, reacio a tomarse las cosas con calma: “Angeline es mi esposa. Ella ha sido perseguida tres veces por ti porque me ama. ¿Crees que ella te perdonó porque tus crímenes no son lo suficientemente graves? No. Angeline se preocupa demasiado por mí y es por eso que se guarda todas las quejas para sí misma”.
Las palabras de Jay dejaron sin palabras a Jordan y al gran Viejo Amo Yorks.
El cuerpo alto y recto de Jay se estremeció. Dando un paso atrás, dijo: “Ya que estás aquí para cuidar de mamá, yo me iré primero. Angeline ha tenido una salud terrible últimamente. Necesito volver y cuidar de ella”.
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