¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2472

El chico se miró en el espejo de bronce. Se había vuelto más guapo que antes, pero el cambio en su apariencia era mucho menos sorprendente que los cambios dentro de su cuerpo. Empezó a notar un aumento en términos de poder espiritual.

“¿Qué me pasó?”, preguntó el chico mientras miraba al hombre.

El hombre extendió su mano y suavemente acarició la cabeza del chico. “Por el bien de su propia gloria y riqueza, tu padre iba a entregarte, al hijo del Dios de la Guerra, al rey del reino enemigo. Sin embargo, ese demonio no pensaba salvar tu vida. Contrató a 49 sacerdotes para que expulsaran tus almas de tu cuerpo. Cuando estés muerto, no tendrán nada más de qué preocuparse y podrán simplemente enviar sus tropas al sur para arrasar con tu país”.

El chico no mostró una expresión de terror. Simplemente se enfrentó a la muerte justamente mientras decía: “Si esto puede hacer que se sienta tranquilo, entonces estoy dispuesto a morir”.

El hombre sonrió nefastamente y dijo: “Puede que estés dispuesto a morir por él, pero yo necesito que vivas. Tienes que recordar que cuando mueras, tu relación con él como padre e hijo también terminará. En el futuro, reencarnará tu alma. Solo podrás ser el hijo de Malaquías Yadiel, que soy yo”.

El chico lo miró y se burló: “¿Qué tiene de bueno ser tu hijo?”.

El hombre esbozó una sonrisa malvada y dijo: “Tú y tu madre nunca más se separarán”.

La mirada del chico se posó en su hermosa madre, que se encontraba mal de salud. Permanecía en su lecho de enferma durante todo el año. Sin embargo, su madre nunca se preocupó menos por él ni aunque estuviera enferma. Ella no había dado nada más que todo su afecto a su hijo.

“¡Madre!”. Se arrodilló frente a ella. “Ahora no puedo estar a tu lado en todo momento, pero ten por seguro que dejaré contigo una pizca de mi alma para poder volver a pesar de cualquier catástrofe. Cuando llegue el momento, espero que no te odies por mis imperfecciones”.

La mujer le acarició la cara y dijo con lágrimas en los ojos: “No importa lo que acabes siendo, siempre te querré”.

Malaquías se acercó a la mujer, le tomó la mano y le dijo: “Tu hijo fue abandonado por tu esposo. ¿Y tú? ¿Quieres quedarte aquí?”.

La mujer miró al hombre y sonrió dulcemente.

“Le diste tu Núcleo del Alma a mi hijo y le diste la oportunidad de reencarnarse. No puedo devolver esta clase de gran bendición. Si no te importa, estoy dispuesta a ir al fin del mundo contigo”.

Malaquías la abrazó con fuerza y dijo: “Entonces vámonos”.

La mujer sacudió la cabeza. “Me gustaría despedirme de él”.

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