¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 2630

El Señor Ares le dio a Bebé Robbie un amable consejo: “Aunque no tengo derecho a decirte que el amor romántico no es imprescindible en la vida de uno y que no deberías valorar el amor romántico más que tu propia vida, debo decirte la dura verdad. La gente rara vez encuentra el amor verdadero y perfecto en la vida. Hay muchas imperfecciones en todas las relaciones. No tengas demasiadas esperanzas en el amor. Como hombre, debes tener mayores ambiciones, aunque no consigas encontrar el verdadero amor”.

Cole chasqueó la lengua y dijo: “¿No estás siendo hipócrita? Tienes amor en tu vida. ¿Sabes lo mal que sufren los que no tienen amor en sus vidas?”.

El Señor Ares miró a Cole sin palabras y preguntó: “¿Te atreverías a decir esto delante de Angeline?”.

Cole admitió al instante su derrota: “No causes problemas. Eso es solo entre nosotros dos”.

El Señor Ares utilizó a Cole como ejemplo. “Mira a tu tío. ¿No persiguió él también sin sentido el amor verdadero cuando era joven? Tiene más suerte que tú. Tiene buen ojo para las chicas. Solo que se enamoró de una chica joven que no correspondía a sus sentimientos, así que no pudo estar con ella. Por eso se sintió agraviado durante más de la mitad de su vida”.

Cole estaba tan furioso que se puso de pie y gritó: “Jay Ares, te pasaste de la raya. ¿Tienes que echar sal en mis heridas? Simplemente tuviste mejor suerte que yo durante tu reencarnación y acabaste conociendo a Angeline primero. Si hubiera llegado a conocer a Angeline primero, ahora estarías en mi posición”.

El Señor Ares lo fulminó con la mirada y le dijo: “Eso no ocurrirá jamás en tu vida”.

Cole se sentó en silencio.

Bebé Robbie dejó escapar un ligero suspiro mientras se desataba una intensa discusión entre su papi y su tío.

“Han peleado por Mami durante más de la mitad de sus vidas. ¿No pueden simplemente parar?”.

Cole dijo: “Todo se debe a las duras palabras de tu papi. No me gusta escuchar lo que sale de su boca”.

Entonces puso los ojos en blanco hacia el Señor Ares y dijo: “Has reservado todo tu amor y adoración para tu esposa. ¿No puedes ablandarte y tratarnos a nosotros también con delicadeza?”.

“Lárgate”, reprendió Jay.

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