Resumo do capítulo Capítulo 753 de ¡Buenas noches, Señor Ares!
Neste capítulo de destaque do romance Romance ¡Buenas noches, Señor Ares!, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
Angeline miró a Cole con simpatía. “¿No me digas que te has enamorado de mi?”.
Cole luego agarró la cintura de ella emocionado. “En ese caso, no tengo razón para dejarte ir. Angeline Severe, quiero que te cases conmigo”.
Angeline se soltó de sus manos y lo miró con frustración. “Yo te gusto, pero tienes que gustarme también”.
Cole era extremadamente autoritario. “No importa si yo te gusto o no, siempre y cuando tú me gustes. No quiero soportar mis días sin tí a mi lado. Tú tienes que estar junto a mí”.
Angeline no sabía si llorar o reir. “Eso se llama mal de amor. Tienes que ser curado”.
Luego él le soltó la mano. “¿Cómo me curo de ello?”.
Tocando su muñeca roja e hinchada, ella le dijo molesta: “Es muy fácil, te llevaré a un lugar”.
Entonces Angeline llevó a Cole al club femenino más grande de la Ciudad de Golondrina.
Cuando ella fue al mostrador, Angeline solicitó una tarjeta y llenó la membresía de la tarjeta ordinaria. Ella puso la tarjeta en las manos de Cole y dijo: “Ve al cuarto 404 en el segundo piso y esperame alli”.
Cole miró la cara de Angeline que era más bella bajo la luz de los vidrios coloridos y una sonrisa gratificante apareció en sus ojos.
Él puso su boca cerca de la oreja de Angeline. “Está bien, esperaré por tí”. Esa voz era obviamente muy humorística, pero no la hizo sentir incómoda.
Angeline miró su espalda, aturdida.
¿Acaso ese hombre no sabía porque ella lo llevó allí?
¿Cómo era posible que Cole no lo supiera?
Él era un cliente frecuente de las zonas rojas, pero sus negocios en el Centro Luna Voladora no tenían nada que ver con conseguir chicas.
Cole pateó la puerta hoscamente y se fue.
No mucho después, Angeline dejó el club. Ella pensó que estaba ayudando a Cole con su germofobia, pero ella no sabía si funcionaria y se sentía afligida por el dinero que había gastado.
Repentinamente, una sombra negra apareció en frente de ella como un rayo.
Angeline la observó de cerca y vio a Cole con una rabia imponente. El primer pensamiento de Angeline fue que su dinero había sido gastado en vano.
“¿Por qué saliste tan rápido? Oh, mi dinero, ¿se fue como si nada, eh?”. La mirada de dolor de ella hizo que Cole, que ya estaba hirviendo de rabia, se molestara aún más, tanto que su cara se puso negra.
Angeline vio que él en serio estaba molesto y se dió cuenta que ella podría haberse pasado de la raya. Ella sonrió de manera halagadora y persuadió de manera amable, diciendo: “No estés molesto. Este club de esta zona roja es el de más alta gama en la Ciudad de Golondrina. Las chicas de adentro no solo tienen buena figura, sino también lindas caras. Sus servicios son de primera clase. ¿Que no tienes germofobia hacia las mujeres? Eso es porque las mujeres que ves son feas. Si ves a esas lindas chicas, entonces tu germofobia naturalmente estará mejor”.
Cole pensó en la prostituta semi desnuda y en cómo él no sabía a cuántos hombres ella había servido. De repente, los contenidos de su estómago se elevaron. Él vomitó violentamente mientras se agachaba en el tinaco de basura.
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