¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 822

“¿Cuánto?”.

Quizás era porque los York eran demasiado ricos que el viejo amo no preguntaba el por qué cada vez que los menores pedían dinero.

Carson miró a Cole. “Joven Amo, el viejo amo te está preguntando cuánto necesitas”.

Cole respondió: “Ilimitado”.

Carson reformuló lo que Cole dijo: “El joven amo dijo que cuanto más, mejor”.

El viejo amo se sintió molesto. “¿El Ganso Tonto finalmente sabe cómo gastar el dinero?”.

Carson se quedó sin palabras. Luego, él miró a Cole cuidadosamente.

El viejo amo siempre se quejaba de que el joven amo no sabía cómo gastar el dinero, pero el joven amo siempre estaba en misiones, por lo que no tenía tiempo para gastar dinero.

Por esta razón, el viejo amo le dio a Cole el apodo de ‘Ganso Tonto’.

El viejo amo sintió que algo andaba mal, así que preguntó: “¿Por qué necesita tanto dinero?”.

Carson respondió con entusiasmo: “Viejo Amo, el joven amo está enamorado”.

Cole miró a Carson con enojo. “Cállate”.

Del otro lado de la llamada, el viejo amo golpeó con la mano la mesa, entusiasmado. Luego, aulló de dolor. “¡Oh! ¡Finalmente has sido iluminado! Si no hubieras empezado a buscar a una mujer, habríamos comenzado a sospechar de tu orientación sexual. ¡Genial! ¡Mi hijo es un hombre normal!”.

A Cole le palpitaba la frente. Él miró su atuendo masculino en silencio. ¿Él emanaba hormonas masculinas y el viejo amo sospechaba de su orientación sexual?

¿Qué lógica era esa?

El viejo amo estaba tan feliz que se puso a bailar. “Estás enamorado, así que tienes que gastar más dinero. Espera…”.

El viejo amo sintió que algo andaba mal. “Hijo, t-tú… Tus hermanos traían más dinero a casa cuando salían con alguien. ¿Por qué gastarás más dinero? Vamos, tienes tan buenos requisitos. Tantas mujeres normales y de la alta sociedad quieren mantenerte. ¿Por qué estás perdiendo dinero en lugar de que te paguen, eh?”.

Las comisuras de los labios de Cole estaban temblando.

Carson explicó en voz baja: “Viejo Amo, el joven amo está enamorado de una mujer que no lo quiere”.

¡Estaba tan triste que sus lágrimas serían suficientes para llenar un río!

…

Lloviznaba a la mañana siguiente.

El clima sombrío hizo que Angeline se sintiera aún más perezosa.

Anne tocó a la puerta y llamó: “Srta. Angeline, ¿estás despierta?”.

Angeline respondió perezosamente: “Adelante”.

No se sabía si era por la expresión de Anne o tal vez porque tenía la cara descubierta que ese día ella no se veía tan distante. Tenía una cálida sonrisa en su rostro cuando le preguntó a Angeline cortésmente: “Srta. Angeline, ¿puedes darme una de las cremas curativas que te dio el Sr. York ayer?”.

Angeline la miró sorprendida. ¿Un tubo de crema curativa era suficiente para que la Tía Connors la tratara con tanta cortesía?

“¿Por qué? ¿Está funcionando en Sera?”.