¡Buenas noches, Señor Ares! romance Capítulo 90

Jay miró la carita ansiosa de Jenson. No podía entender cómo Rose había conseguido que su hijo se preocupara tanto por el hijo de ella.

Los dos eran hijos de diferentes padres, y no crecieron juntos. Sin embargo, el nivel de intimidad entre los niños puso celoso a Jay.

Jay suspiró frustrado cuando se dio cuenta de que estaba celoso de su propio hijo. De mala gana sacó su teléfono y marcó el número de su amigo, un detective que tenía un historial perfecto de resolución de casos.

Luego, Jay salió casualmente de su auto. Rápidamente persiguió a Jenson y lo cargó en sus brazos.

"Es muy peligroso aquí, Jens. Ven, sigue a Papá a casa."

Josephine inmediatamente le puso los ojos en blanco.

Su hermano solo se preocupaba por su hijo Jenson, pero no sabía que niño secuestrado también era su hijo. Zetty, que lo odiaba, también era su hija biológica. Rose Loyle era la madre de sus tres hijos y Josephine Ares era su hermana biológica. Todos los presentes en la escena deberían haber sido muy importantes para él, pero solo tenía a su precioso Jenson en los ojos.

Josephine no podía esperar el día en que su hermano finalmente descubriera la verdad. Eso sería todo un espectáculo.

Jenson estaba muy preocupado por Bebé Robbie. No quería irse.

"Papá, salva a Robbie", Jenson se aferró nerviosamente al collar de Jay. Su pequeño rostro se había puesto pálido de miedo.

Jay abrazó a Jenson con fuerza. "No te preocupes, Jens. Papá ya ha llamado a la policía. La policía vendrá al rescate pronto".

Rozette frunció los labios cuando vio la expresión indulgente de su papá mientras mimaba a su hermano.

‘¡A papá solo le gustan los chicos! ¡Hmph! Si no le agrado, entonces no tiene por qué agradarme él a mí’.

Jay podría haber actuado como un idiota, ¡pero de todos modos era el poderoso Señor Ares!

Josephine se preocupó instantáneamente por Rose.

Rozette vio a Papá intimidando a Mamá y gritó con todas sus fuerzas, "¡Deja ir a Mamá, malo!"

Jay miró fríamente a Rose. "¿Así es como educas a tus hijos?"

Rose miró a Rozette que estaba llorando como una tormenta, luego a Jay, que la miraba fríamente. Su corazón estaba sangrando en ese instante.

Solo el cielo sabía que quería que padre e hija fueran amables el uno con el otro, pero Jay siempre había actuado como un animal de sangre fría. Solo le gustaban los hijos varones porque podían heredar sus riquezas, y no tenía amor por las hijas y no obtenían su reconocimiento.