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El pequeño niño de cruzó de brazos molesto, comenzó a llorar y a hacer un gran berrinche, Angelina, tenía que calmarlo antes de bajar del coche o daría muy mala imagen, por lo general nunca se comportaba así, pero parecía que encontrar a su padre se le estaba volviendo su único deseo
— Esta bien, mamá va a trabajar y después del trabajo buscaremos a papá, pero solo si me prometes que te portarse bien y no harás travesuras
— Si mamá, lo prometo, me voy a portar muy bien — al niño le cambió el humor, ahora iba por la ventana viendo pasar las calles
Angelina, dejó escapar un suspiro, ese niño suyo era tan obstinado cómo su padre, iba a ser demasiado difícil disuadirlo de seguir buscando a su padre, eso no podía ser ni en broma, el padre ni siquiera sabía que el pequeño Lucien, existía
Los meses que estarían en Estados Unidos, Angy, deseaba que corrieran lo más rápido posible, quería regresar a Inglaterra con sus padres a su vida tranquila
Llegaron por fin a la empresa Di Monti, era un enorme edificio que tenía diferentes departamentos, administrativos, de marketing, recursos humanos, y el resto del personal que ahí laboraba, el gerente Roy García, era excelente en su trabajo, si ella estaba ahí, era por qué los contratos y las sociedades solamente se trataban de socio a socio
El niño de inmediato llamó la atención del personal, era muy poco común que un CEO de alto nivel, llevará a uno de sus hijos a la empresa, pero no podían negar que el pequeño era muy lindo, sus rasgos eran finos, se le notaba la buena cuna sin duda alguna
Angelina, se ocupó en una junta apenas llegó, su asistente Jan Pierre, se quedó a cargo del pequeño, el asistente llevó al niño al área de descanso, ahí solía haber bocadillos que bien podían disfrutar mientras la CEO Di Monti, estaba ocupada con los socios
El pequeño Lucien, comía unas galletas de vainilla, cuando Angelina, llamó a Jan Pierre, para que le ayudara con unos datos que necesitaba
— niño, tú mamá, me necesita para que le ayude con unos datos, quedaré aquí y no te salgas para ningún lado, no me tardo nada, sigue comiendo tus galletas y tú jugo — Jan Pierre, salió casi corriendo con su tablet en la mano, tenía un año y medio trabajando como asistente de la Ceo Di Monti, ella era una buena jefa, el único pero que le ponía, era su travieso hijo, pues le hacía pasar las de Caín
— Lucien Black, no era socio directo de las empresas Di Monti, estaba más bien en una asociación triangulada, razón por la cuál había venido a las empresas ese día, cómo socio le interesaba hacer contactos y tener los reportes a la mano de como iban las ganancias o pérdidas si es que las había
— Te dije que no te fueras de jarra con tu amigo Camel, ayer, Lucien, hoy tenías juntas y reuniones muy temprano, ten, tómate estos analgésicos para que te repongas — el asistente Philips, le entregó unas pastillas a su jefe
— Ese Camel, siempre me arrastra a sus juergas, pero mejor lo voy a bloquear para que no me siga mal influenciando, adelantate Philips, yo iré a la sala de descanso por agua, enseguida estoy con ustedes en la junta
Lucien entró y tomó un vaso para servirse agua fría, cuando una vocesita le causó escalofríos, no había manera de que estuviera un niño en ese piso, solo era para empresarios de alto nivel, los cabellos se le erizaron pensando que se trataba de un fantasma
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