¡¡¡AAAAAH!!!!
¡¡¡AUXILIO!!!
Lucien Black, frenó el coche, nunca en su vida había sentido tanto terror de un niño, el alma en pena del pequeño se le estaba manifestando de nuevo, ahora no tenía dudas, lo estaba persiguiendo
— ¡carajo! ¡un demonio nos está persiguiendo! — Philips, se retorcía en el asiento, estaba totalmente aterrado, cómo pudo se quitó el cinturón y salió del coche, ya no faltaba mucho para llegar a su departamento, salió huyendo del auto, por su vida, le era mil por ciento leal a su jefe, pero permanecer en el coche con el fantasma de un niño dentro, no estaba escrito en su estricto contrato
— Cobarde — murmuró Lucien Black — el hombre estaba buscando la mejor opción, tal vez bajar del coche y huir como Philips, o enfrentar el anima del niño que tenía a bordo, sus manos temblaban un poco sobre el volante
— ¿Qué le pasa a ese señor? yo no soy tan feo, ¿por qué se asustó cuando me vió? — el pequeño Lucien, subió al asiento trasero y se quedó quieto
El joven CEO, encendió de nuevo el auto y siguió conduciendo camino a casa, de pronto en algún semáforo en rojo cerraba los ojos por qué pensaba que al abrirlos el fantasmita se iría y ya no lo vería
— Señor, ¿me vas a llevar con mi mami? ¿vas a hacerme daño? — el niño preguntaba, seguía muy asustado
— Te llevaré con tu mamá, mañana, y no, no voy a hacerte daño ¿y tú? ¿me harás daño a mi?
— Soy un niño pequeño, ¿cómo te puedo hacer daño? tú ya eres grande, eres ridículo
— Vaya, me persigue un fantasma que además me ofende, ¿ridículo yo? jmm... éste niño fantasma me parece que es bastante malhumorado
Por más que cerró los ojos y los volvió a abrir para que el niño desapareciera, eso nunca pasó, así llegaron al departamento de Lucien Black, no estaba en un edificio, era más una pequeña mansión, su ama de llaves y su mayordomo ya se había ido a dormir a sus habitaciones que quedaban en dirección al jardín
— Llegamos a mi casa, ¿vas a pasar la noche conmigo? preguntó el CEO, creyendo que se estaba volviendo loco por preguntarle al fantasma si se pensaba quedar más tiempo con él
— ¿Por qué? ¿pensabas dejarme en la calle? soy un niño, debes de cuidarme para que no me pase nada malo
El empresario, se quitó el cinturón y salió del auto, abrió la puerta trasera para que el niño bajara, en todo momento se estuvo cuestionando sobre lo que estaba haciendo, nada de lo que estaba pasando era normal, pero qué diablos, ni modo que dejara al niño ahí dentro, si lo hacía podría morir.... de nuevo
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