— ¡¿Lo puedes creér Angelina?! ¡tu travieso hijo ha metido a un gato a la casa! ¡y no solo es eso, resultó que era una gata que estaba embarazada! ella acaba de parir en la veterinaria, pero todavía estoy molesto, jamás había visto algo como ésto, el pequeño diablillo Lucien, fue muy lejos está vez
— ¡Aaa, no! ¿cuando el niño se porta mal es mi hijo eh? pero todo, todo, lo que el pequeño Lucien, es, está heredado por ti, así que acéptalo, el culpable eres tú
— ¿Yo? ¡yo jamás metí animales a escondidas en mi habitación, mucho menos los oculte de mis padres por días, Angelina! debemos decidir que castigo le impondremos a Lucien
— Haber déjame ver si entendí, ¿quieres que castigue a Lucien, por qué recogió a un animal indefenso y lo protegió del frío? — Angelina, entrecerró la mirada hacía el padre de sus hijos
— Querida, lo hizo a mis espaldas, no puedo permitir que me oculte cosas, debe tener reglas que seguir, si lo criamos como un niño mimado al que le decimos que sí a todo, no le vamos a forjar un carácter si no le ponemos límites
— Entonces decide tú, yo no soy capaz de castigar a mi niño después de que le salvó la vida a un ser vivo
A Lucien Black, no se le ocurrió otra cosa que castigar a su hijo quitándole los videojuegos por un par de meses, el pequeño Lucien, reclamó con mamá, pero el joven CEO, no permitió que su autoridad fuera pasada por alto, y se hizo lo que dijo se haría
Al día siguiente pasaron a la veterinaria a recoger a los cuatro gatitos y a la madre gata
— Señora bigotes, papá me ha castigado por tu culpa, ¿qué vas a hacer para convencer a papá de levantarle el castigo al pequeño Lucien, vé, aboga por mí — ordenó el niño, pero la gata solo maulló un par de veces
— Deja a la gata tranquila, acaba de dar a luz cuatro gatos, además ella no va a convencerme de regresarte los videojuegos, pequeño Lucien... y por cierto, hay algo de lo que debemos hablar
Comprenderás que no podemos tener viviendo en casa tantos mininos ¿cierto? debemos dar algunos en adopción, les vamos a buscar un hogar
— ¿Qué? ¿de cuántos gatos estamos hablando? — preguntó el niño mientras sostenía en sus brazos a la señora bigotes
— Creo que estamos hablando de... cinco gatos, les buscaremos un buen hogar, ellos estarán bien cuidados
—¿cinco? uno, dos, tres, cuatro, cin... ¡¿papá, me quieres dejar sin ningún gato?! ¿por qué estás tratando de confundirme? solo di que no quieres que tenga una mascota y que esté solo siempre sin ningún amigo — el pequeño niño estaba sentido
— No seas dramático Lucien, eres muy pequeño para tener todas estas vidas a tu cargo, es demasiada responsabilidad, puedo considerar que te quedes con uno, pero solo uno, no más, elige y dile a papá por cuál gatito te decidiste
— Eres muy duro papá, ¿como voy a quedarme con la señora bigotes y dejar a sus hijos sin madre, o quedarme con uno de sus hijos mientras que ella se entristezca por su ausencia?
— Es uno o ninguno, ya me dirás tú decisión — el padre siguió manejando sin decir más, su decisión estaba tomada, solo quedaba ver qué preferiría su hijo, más al bajar del coche
— Oye papá, te quiero proponer un trato, podrían ser dos gatos en lugar de uno, así cuando yo salga de casa no se sentirá solo y tendrá con quién acompañarse y jugar — el inteligente niño, estaba tratando de negociar con su padre, pero este era un tiburón en las negociaciones, no lo iba a vencer tan fácilmente
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