Castigado por su amor romance Capítulo 1030

Esa noche, a excepción de Marcus y la familia Lynn, nadie más sabía sobre el plan que el Viejo Amo Shaw tenía preparado para Sabrina.

Mucho menos lo sabían Sebastian y Sabrina.

Esa misma noche, la fiebre de Sabrina disminuyó gradualmente.

En ocasiones, los humanos eran criaturas muy misteriosas y complicadas. Sabrina había estado teniendo fiebre, solo aparecía y desaparecía sin erradicarse.

Esa noche, Aino estuvo al lado de su madre cuidando de ella, solo la llamaba con su dulce voz infantil: "Mamá, mamá".

De vez en cuando, Aino sostenía una taza de agua y usaba un hisopo de algodón para humedecer los labios de su madre.

Aquella pequeña niña solo tenía seis años. Su padre y las sirvientas trataban de convencerla de que se fuera a la cama, pero Aino insistía en que no estaba cansada.

No era que no quisiera irse a dormir.

Quería cuidar de su madre.

Cuando ella todavía era aún más pequeña, también cuidaba de su madre.

Ruth e Yvonne, quienes estaban detrás para cuidar de Sabrina, lloraban al escuchar sus palabras.

No obstante, gracias a los cuidados de Aino, la fiebre de Sabrina finalmente disminuyó esa noche.

Su rostro estaba pálido, y tenía la sensación de haberse recuperado de una grave enfermedad.

A la mañana del día siguiente, Sabrina abrió lentamente los ojos.

Sentía como si hubiera pasado un siglo en los que había soñado constantemente.

La mayoría de ellos fueron pesadillas.

Soñó que había muchas personas con cuchillos persiguiéndola. Sin embargo, estaba embarazada. Con su vientre abultado, siguió corriendo, hasta llegar al borde de un acantilado.

Un paso más y habría caído al abismo.

Sin embargo, había muchas personas con cuchillos detrás de ella. La miraban con rabia y ferocidad, y se acercaban a ella paso a paso.

Finalmente, varios cuchillos apuñalaron su cintura al mismo tiempo.

Le quitaron los riñones mientras estaba viva.

La pequeña estaba realmente exhausta.

Sabrina no se atrevió a moverse.

Sin embargo, como si tuvieran una conexión mutua, cuando Sabrina se despertó, Aino también lo hizo.

"¡Mamá!". Aino estaba muy sorprendida. "Mamá, ¿estás despierta?".

Sabrina comenzó a llorar al instante. “Aino… lo siento, cariño. Mami... lo siente. ¿Te asuste?”.

Aino sacudió la cabeza. “Yo no tenía miedo, Mamá. Te cuidé muy bien. Mamá, ya sé por qué estás triste. No quieres que ese viejo malo te saque el riñón. Mamá, se me ocurrió una buena idea que puede evitar que él lo haga”.

Sabrina sintió mucha calidez en su corazón y preguntó con una sonrisa cansada: "Entonces dime, ¿cómo puedo evitar que ese viejo me quite el riñón?".

"Tomando el mío", dijo Aino con valentía.

Sabrina se quedó sin palabras.

En ese momento, estalló en lágrimas.