Resumo de Capítulo 1036 – Castigado por su amor por Internet
Em Capítulo 1036, um capítulo marcante do aclamado romance de Romance Castigado por su amor, escrito por Internet, os leitores são levados mais fundo em uma trama repleta de emoção, conflito e transformação. Este capítulo apresenta desenvolvimentos essenciais e reviravoltas que o tornam leitura obrigatória. Seja você um novo leitor ou um fã fiel, esta parte oferece momentos inesquecíveis que definem a essência de Castigado por su amor.
Los reporteros se quedaron sin palabras.
Los reporteros y los curiosos espectadores se quedaron sorprendidos por las palabras de aquella niña.
La niña tenía el cabello desordenado, dos ojos grandes y oscuros, una cara pequeña y redonda, y un cuerpo pequeño propio de una niña de seis años. Llevaba un pijama de flores y unas pantuflas rosas de conejo.
Se veía realmente adorable.
Era adorable y obediente, y eso hacía que los corazones de las personas alrededor se llenaran de calidez y se derritieran.
La niña miró a los periodistas con inocencia y seriedad.
Al ver que no decían nada, Aino continuó: "Mi madre tuvo fiebre por todo un día. Si hacen ruido aquí en la garita, la despertarán. Soy la hija de mi madre. Mi madre les debe un riñón. Puedo pagarlo por ella".
Los reporteros se quedaron sin palabras.
En ese momento, alguien que pasaba entre la multitud no pudo evitarlo y habló.
"Es la primera vez que veo un asunto como este en mi vida. Están obligando a los demás. Los riñones crecen naturalmente en el cuerpo de la persona. Depende de la persona como tal si quiere donar o no. ¿Por qué tienen que forzar a una persona a algo como eso?".
Al momento siguiente, otra persona también habló: "Ahora, el ciberacoso es realmente un acto violento. Los hechos y la verdad pueden ser tergiversados. Solo se están dejando llevar ciegamente por la tendencia y terminan chantajeando emocionalmente a los demás...".
"Una niña tan buena. Solo tiene unos seis años y ya sabe cómo proteger a su madre. Yo también quiero tener un segundo hijo así".
"Pobre niña...".
"No puedo seguir viendo esto. No puedo quedarme aquí solo mirando".
"Solo espera. Dentro de unas horas, todo internet se inundará con esta noticia, y todos acusarán a esta mujer de no tener conciencia y despreciar la vida y la muerte de su hermana...".
"¿Arriesgar su vida por el bien de su hermana menor? ¿Qué está pasando aquí?".
"¿Qué haces?", le dijo la mujer con rabia.
La voz del indigente sonaba tan ronca que resultaba casi imposible escucharla. En cuanto emitió un sonido, asustó a la mujer que conducía.
"No tengas miedo, no tengas miedo, yo... No le hago daño a la gente". Los ojos del indigente se llenaron de una mirada suplicante.
Entonces, la conductora se relajó un poco. "¿Qué estás haciendo?".
"Querida... yo solo quería preguntar, ¿qué está pasando en la garita de este vecindario?", preguntó el indigente.
La conductora le miró de reojo. "¿Eres indigente y todavía te preocupa esto?".
La persona indigente asintió con la cabeza. Tenía lágrimas en los ojos y su tono era bastante sincero cuando dijo: "Querida, por favor, dime...".
"¿Eres una mujer?". La conductora miró a la indigente de forma incrédula.
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