Castigado por su amor romance Capítulo 106

Él la querría más.

Selene obedeció a su madre y mantuvo apagado su teléfono durante todo el día.

“Selene, espera la llamada de Sebastian más tarde, él te llamará pronto”. Jade miró a su hija, con una sonrisa.

“Mamá, tus métodos son realmente ingeniosos”. Selene miró a su madre mientras sonreía con delicadeza.

Las dos estaban a punto de irse juntas, pero Lincoln permaneció quieto, con el rostro helado.

“Papá, ¿qué pasa?”. Selene le hizo un puchero a su padre.

“¿Qué pasa? ¿Todavía puedes estar tan feliz? Sebastian se ha preocupado mucho por ti últimamente, mientras que la condición de su madre se ha ido deteriorando. Tu matrimonio está a la vuelta de la esquina, pero ¿qué hacemos con el niño en tu vientre?”.

Selene se quedó sin palabras.

“¡¿De quién es el niño?! Llevas embarazada más de dos meses, pero ni yo ni tu madre lo sabemos. ¡¿De quién es el niño?!", rugió Lincoln.

Selene estaba temblando cuando se encogió en los brazos de Jade. Incluso sus lágrimas habían comenzado a caer.

Su padre nunca le había gritado así.

Jade lo siguió, señalando a Selene. “Pequeña niña estúpida, hemos sido tan estrictos contigo, y siempre has sido una buena niña. ¿Cómo pudiste terminar embarazada con el hijo de otra persona?”.

“¡Ni siquiera le dijiste a tus padres!”.

“Incluso se lo ocultaste a Sebastian, ¿sabes lo peligroso que es?”.

Los sollozos de Selene empeoraron, pero aun así intentó defenderse. “Si no fuera por el niño en mi vientre, ¿hubiéramos tenido a Sebastian de nuestro lado? ¡De hecho, siento que mi hijo llegó en el momento adecuado!”.

"Muy bien”. Sebastian estuvo de acuerdo antes de colgar.

La condición de su madre realmente no era muy buena.

Desde que su familia había ido a visitarla, reconociendo a su madre, su enfermedad había dado un giro oscuro. Por el momento, los médicos le estaban dando la mejor medicina del mundo. Cada dosis costaba decenas de miles.

Sin embargo, solo pudieron aliviar temporalmente su dolor.

Cada vez que pasaba el efecto de la medicación, volvía a su estado semiconsciente y la fiebre alta regresaba.

Sin embargo, su madre gritaba constantemente: “Sabbie, Sabrina, Sabbie…”.

Sabrina se apresuró a entrar corriendo a la sala, llegando de prisa a la cama de Grace. “Madre... estoy aquí”.