Castigado por su amor romance Capítulo 1093

“Mami, quiero tocar el piano un rato”.

La pequeña de tres años y medio no sabía leer partituras, tampoco sabía tocar el piano, sin embargo, para sacarle una sonrisa a su hija, generalmente la abrazaba y la sentaba frente al piano para enseñarle técnicas del movimiento con los dedos.

Cada vez que le enseñaba a la niña, está le decía: “La música puede limpiar el alma, también puede hacer feliz a esa persona”.

Tal vez la niña tomó sus palabras al pie de la letra, pero en su subconsciente, solo quería tocar bien el piano para que su padre se sintiera feliz. Si su padre estaba feliz, ¿tal vez la pequeña Gloria podría agradarle?

Esa noche, la niña de tres años y medio tocó el piano durante dos horas, viéndose como una pianista profesional y, a pesar de que todavía era muy joven, su madre pudo verlo de inmediato.

En seis meses, Gloria, de cuatro años, ya podía tocar una canción completa, se llamaba “Campanita”, no la tocaba muy bien, pero su interpretación dotaba de una belleza infantil.

La pequeña de cuatro años tenía un sueño, y era volver a ver a su padre, quería tocar el piano para él, de esta manera su padre la querría.

Muy pronto, el deseo de la pequeña Gloria estuvo a punto de hacerse realidad.

Una tarde, mientras Gloria estaba en el jardín de infantes, la maestra hizo que todos los niños se sentaran, se acomodaran las camisas, se lavaran las manos y sonrieran.

Pues un hombre muy respetado llegaría al jardín de infantes a visitarlos, nadie sabía quién era ese hombre, pero todos los niños obedecieron a su maestra, Gloria era una de las estudiantes más obedientes de la escuela.

La maestra tiró de la mano de Gloria y la empujó hacia atrás, disculpándose con el Viejo Amo Shaw mientras decía: "Lo siento. Lo siento, Teniente General Shaw. Esta niña es muy traviesa. Siempre ha sido así. Lamento que tuviera que presenciar esto”.

La maestra trató de sujetar a Gloria, pero ella extendió la mano y envolvió sus brazos alrededor de la pierna del Viejo Amo Shaw.

Bajó la cabeza y miró a Gloria, ella estaba sonriendo dulcemente. La expresión del hombre era seria y aburrida cuando le preguntó a la maestra: "¿Cómo dijiste que se llama?".

La maestra estaba aterrorizada, su cuerpo temblaba sin parar: “Gloria… Gloria Shaw”.