Castigado por su amor romance Capítulo 1100

Gloria se encontraba frente a la entrada de la residencia de la familia Shaw.

Los dos mayordomos se mantuvieron en la puerta como guardianes obedientes, ambos mirando fijamente a la chica de entre quince y dieciséis años que tenían enfrente. "¿A quién buscas?".

"Necesito ver a la Señora Shaw". Gloria se mordió el labio y habló con impotencia. Si dependiera de ella, nunca hubiera venido a pedir ayuda a la familia Shaw, pero su madre se estaba muriendo, así que no tenía otra opción.

"¡La Señora Shaw no es alguien a quien puedas ver por mero capricho tuyo! ¡Largo!". Los mayordomos ni siquiera se molestaron en echarle otra mirada a Gloria. Aunque quisiera entrar, no podría. Pero si volvía a casa, ¿se encontraría de nuevo con la misma mirada de desesperación en los ojos de su madre?

A Gloria, de dieciséis años, no le quedó más remedio que sentarse en la entrada y esperar. Pensó que si esperaba hasta el anochecer, tal vez el hombre que era al menos biológicamente su padre volvería a casa. Si no, al menos podría esperar hasta la mañana siguiente, seguro que alguien saldría de la casa, ¿no?

Gloria esperó hasta que el sol se ocultó en el horizonte y cayó la noche.

Cerca de la hora de la cena, un coche se detuvo frente a la residencia de la familia Shaw. El Viejo AmoShaw, la Señora Shaw, su hijo y la compañera de clase de Gloria, Jennie Gibson, bajaron del coche.

Jennie se fijó inmediatamente en Gloria. "¿Por qué sigues siendo tan p*rra? ¿Por qué sigues regresando a casa de mis tíos?".

Cuando el Viejo Amo Shaw vio a Gloria, la fulminó con la mirada y luego se giró para preguntarle al mayordomo: "¿Qué significa esto?".

El mayordomo temblaba de miedo. "Teniente Shaw… Señor, le dije que se fuera. Pensé que se había ido, pero, ¿quién iba a saber que se ocultaría aquí como un perro?".

Jennie se adelantó y la echó nuevamente. "¿Qué esperas? ¿Estás tratando de provocarle un ataque al corazón a mi tía?".

Se volvió y tomó la mano del Viejo Amo Shaw. "¡Tío, golpéala hasta que muera! ¡Una vez muerta, no volverá a molestarte!".

Antes de que el Viejo Amo Shaw pudiera reaccionar, su hijo menor, un joven de sangre caliente de unos 20 años, ya había levantado el pie y le había dado una patada en el pecho a Gloria.

"Ay...". Casi de inmediato, su boca se llenó de un sabor a hierro, espeso y agridulce.

Pero no se atrevió a escupirlo.