Castigado por su amor romance Capítulo 1105

La pequeña casa nunca se vendió. Con un tirón, la puerta se abrió y Gloria entró. De la casa emanaba un olor a moho.

La casa era vieja y estaba en mal estado. Se habían formado charcos de agua por todas partes debido a las fugas de las tuberías y, aún así, apenas era habitable.

Después de decidir que se quedaría a vivir allí, sacó unos cuantos cuadros de su madre de las cajas de madera y los vendió a una galería de arte.

Solo ganó una pequeña cantidad de dinero, pero incluso así era suficiente para que las dos vivieran durante unos meses.

Sin embargo, sus días felices estaban contados.

Una tarde, de vuelta a casa del mercado, Gloria llevaba a su hija en su cochecito, pero se detuvo al ver a unos visitantes en el pequeño patio exterior. Eran hombres de la familia Shaw.

Cambiaron las cerraduras y cerraron la casa. Luego, derribaron algunas de las partes indispensables de la casa. Antes de irse, llegaron a decir: "¡Hoy en día el mundo está lleno de todo tipo de gente! Incluso una casa tan pequeña y deteriorada como ésta, en la que alguien falleció por una enfermedad terminal, es habitada por ocupantes ilegales. ¿Siquiera es habitable?".

"¿Por qué no? La gente sin hogar puede quedarse aquí. ¡Después de todo es mucho mejor aquí que vivir en las alcantarillas!".

Los dos sirvientes de la familia Shaw pasaron junto a Gloria y no la reconocieron, aunque la familia Shaw había enviado oleada tras oleada de hombres a buscar a su hija perdida durante años.

En ese momento, Gloria encontró la situación irónica. ¿Realmente la estaban buscando? Si realmente querían encontrarla, ¿cómo era posible que hubieran fracasado hasta ahora?

Ese día, Gloria también perdió el techo. Fue también ese día que empezó a vivir en las alcantarillas.

Todavía le quedaba un poco de dinero, así que compró algunas sábanas y comida para su hija. Luego, puso un poco de hierba seca en el sucio y húmedo suelo de cemento de las alcantarillas y comenzó su vida bajo tierra.

Sin embargo, esa noche fue la noche en que la esposa de Lincoln, Jade, dio a luz a su hijo.

Gloria corrió al hospital y, como era de esperar, Jade se puso tan furiosa al verla que rompió a llorar. Lincoln, por su parte, volvió a golpear a Gloria hasta tal punto que el personal del hospital no pudo soportar ver más e intervino. Solo entonces Lincoln le dio a Gloria algo de dinero para la factura médica de su hija.

Su hija se recuperó, pero Gloria se enteró de que el hijo de Jade había fallecido poco después de nacer. A causa de esto, Lincoln volvió a golpear a Gloria. El dolor insoportable que sentía le hizo querer rendirse.

Lo miró con los ojos hinchados. "Lincoln Lynn, no sé qué hice mal para que me intimides así. Solo te estás aprovechando del hecho de que no tengo a nadie a mi lado. Estoy cansada de esta vida. Quiero llevarme a mi hija conmigo y encontrarme con mi madre en el más allá".

"Estupendo, mueranse entonces". Lincoln volvió a patearla con fuerza.