Castigado por su amor romance Capítulo 1109

La única habilidad que tenía era la de tocar el piano, sin embargo, solo sabía tocar y aún no era lo suficientemente buena como para enseñarle a los demás.

Ni siquiera podía mantenerse a sí misma, además todavía tenía que estar atenta a la familia Shaw y evitarlos mientras seguían buscándola.

En ese momento, Gloria no pensó que la familia Shaw todavía la estuviera buscando. Por el contrario, pensó que, si llegaban a encontrarla también iban a matarla.

Gloria no sabía qué hacer y estaba muy desesperada. Si tuviera otra manera, no le enviaría su hija a Lincoln. Pensó que, como padre biológico de Sabrina, no sería demasiado cruel con ella, ¿cierto?

Mientras la niña pudiera recibir una buena educación, pudiera asistir a la universidad y, en el futuro, pudiera establecerse en esta gran ciudad, entonces podría escapar de un destino similar al de su madre y su abuela.

Gloria se arrodilló y le dijo a Sabrina con suavidad: "Sabbie, el Tío Lincoln es amigo de Mami. A partir de ahora, te quedarás en casa del Tío Lincoln, y Mami te enviará los gastos de manutención todos los meses. El Tío Lincoln se asegurará de que recibas la mejor educación y te pagará la universidad también, pero tendrás que quedarte en la casa del Tío Lincoln, ¿de acuerdo?".

Sabrina lloraba mientras le preguntaba a su madre: "Mami, ¿ya no me quieres?".

Gloria abrazó a su hija y lloró tanto que apenas podía hablar. "Mami te ama muchísimo, Mami es la que más te quiere. Te daría incluso mi vida, pero no puedo arrastrarte conmigo. Trabajaré duro para ganar dinero y te daré todo el dinero que gane y te daré una mejor vida, ¿de acuerdo?".

Sabrina negó con la cabeza y dijo mientras lloraba: "¡No, Mami, no! ¡No quiero quedarme con el Tío Tincoln! ¡Quiero quedarme contigo!".

Gloria estaba abrumada. "¡Deja de llorar! ¡No seas necia! Tienes que escuchar al Tío Lincoln en el futuro!"

Mientras regañaba a su hija, Gloria sentía como si un cuchillo le apuñalara el corazón.

Quería quedarse con ella, pero ni siquiera tenía un techo sobre su cabeza. Sola, podía dormir bajo un puente o en las alcantarillas, pero no podía llevar a su hija a vivir con ella en esas condiciones, ¿o si?

Por mucho que Sabrina sufriera en la casa de los Lynn, por muy mal que la trataran los demás, nunca le contó nada a su madre. Siempre sonreía y le decía a su madre: "Mami, lo estoy pasando muy bien con la familia Lynn. ¿Tienes un trabajo estable ahora? Mami, resiste. Cuando logré graduarme de la universidad y consiga un trabajo, podré cuidar de ti".

Gloria consolaba a su hija diciendo: "Mi hija obediente, no te preocupes por mí. Mi trabajo es bastante estable. Vivo en un albergue. De esta manera si puedo ahorrar un poco de dinero".

En realidad, Gloria era una limpiadora, encargada de barrer las calles. Nadie se preocupaba ni le preguntaba dónde vivía. Nadie sabía que había estado viviendo en las alcantarillas durante seis años, hasta el año en que Sabrina fue aceptada finalmente en la universidad.

El día que Sabrina recibió su carta de aceptación, Gloria se arrodilló en el suelo y empezó a llorar de alegría. Finalmente, su sufrimiento había dado frutos. Finalmente, su hija no tendría que recorrer el camino que ella recorrió. Su hija había sido aceptada en la universidad. En el futuro, cuando se graduara, podría conocer a un buen hombre, casarse y formar su propia familia.

Sin embargo, sus días felices estaban contados.

Su hija acababa de terminar su primer año y empezaba el segundo cuando fue incriminada por Lincoln Lynn una vez más.