Castigado por su amor romance Capítulo 114

Solo cuando se pasó un poco la hora en que se suponía que Sabrina debía regresar al trabajo, ella salió del hospital.

Afortunadamente, nadie causó problemas durante el resto de la tarde.

Cuando el trabajo estaba a punto de terminar, un diseñador que estaba ayudando al director a administrar el departamento llamó a Sabrina. “Sabrina, a partir de mañana, puedes dejar de venir a la oficina durante una semana. Dirígete al sitio de construcción, necesitamos gente allá”.

Sabrina asintió. “Esta bien”.

De hecho, estaba muy dispuesta a ir al sitio de construcción. El trabajo allá podría ser más duro y agotador, pero no era una carga emocional para su corazón.

Además, daban grandes porciones de comida en el lugar. Cómo está embarazada necesitaba comer mucho más de lo usual. Sin embargo, si iba al sitio de construcción, significaba que no tendría tiempo para visitar a la Tía Grace por la tarde.

Después de salir del trabajo, Sabrina se dirigió inmediatamente al hospital. Sintió que, como era tarde, no habría personas visitando a la Tía Grace. Esperaba poder hacerle compañía y charlar con ella.

Cuando ella llegó a la sala, vio a Sebastian sentado junto a la cama de Grace. Tenía la mano de su madre entre la suya. El cuerpo de Grace todavía seguía lleno de tubos y todavía estaba inconsciente. Sabrina no se atrevió a entrar.

De repente, sintió que era posible que Grace ya no la necesitara a partir de ese momento. Con más exactitud, Sebastian ya no la necesitaba para hacerle compañía a la Tía Grace.

Sabrina se llenó de tristeza. Puede que ni siquiera tenga la oportunidad de despedirse de la Tía Grace por última vez. Sintiéndose realmente triste, Sabrina estaba a punto de dejar la sala cuando vio a Kingston detrás de ella.

Sabrina actuó como si no lo conociera, pasando junto a él sin mirarlo.

Sabía que, cuando a Sebastian le gustaba, ella era la Señora Ford a los ojos de Kingston. Por otro lado, ahora que Sebastian la odiaba y quería matarla, ella no era nada para Kingston. Ni siquiera extraños en las calles.