Castigado por su amor romance Capítulo 1213

“Sabrina, ¿qué pasa? ¿Tienes algo en mente? ¿O no te divertiste lo suficiente ayer en casa de tu madre?”, le preguntó Ruth a Sabrina durante el almuerzo.

Yvonne, la cual acababa de darle un mordisco a su comida, dijo de inmediato: "Sabrina, ¿es porque el Viejo Amo Shaw hizo que te molestaras?".

Sabrina negó con la cabeza y dijo: “Jane… Me pregunto cómo estará Jane ahora. Yo también fui una mujer embarazada mientras huía. Sé lo difíciles que son esos días. Sin embargo, en ese momento, tenía a Zayn cuidando de mí, pero ¿qué hay de Jane?”.

Debido a que ella había experimentado ese destino, Sabrina se puso en la posición de Jane y estaba preocupada por ella.

Sus dos mejores amigas también permanecieron en silencio y no dijeron nada.

Sabrina fue quien sonrió primero y dijo: “Olvídalo. Preocuparnos por Jane no servirá de nada. Primero debemos cuidar de nosotras. Cuando Jane necesite nuestra ayuda algún día, creo que me llamará”.

Yvonne y Ruth dijeron al mismo tiempo: "Considerando cómo es Jane, lo dudo".

Sabrina negó con la cabeza. “Eso es porque no han estado embarazadas antes. Por el bien de sus hijos, una mujer embarazada vivirá pase lo que pase. Todo por el bien del niño en su vientre”.

Sabrina dijo todo eso con una firmeza incomparable.

Ella estaba convencida de que Jane viviría.

Sabrina no se equivocaba.

Jane viviría.

Ella siempre había querido un hijo, siempre. Siempre tuvo ese deseo, más aún cuando vio que Aino era tan amable con ella e incluso le obsequió la muñeca monstruosa.

Ella solía querer tener un hijo con Alex.

Incluso si Alex no se casara con ella en esta vida, ella no se arrepentiría.

¿Qué pasaría si no hubiera bodas, ni anillos, ni certificado de matrimonio?

Jane lo deseaba tanto que visualizó esta imagen ante sus ojos.

20 años después, tendría unos 60 años, con su cabello gris, y tendría cuatro hijos con Noah. Todos sus hijos estarían graduados de la universidad y tendrían trabajos estables. También estarían en sus relaciones románticas normales.

Regresarían a casa con bolsas de golosinas y se reunirían para celebrar juntos las fiestas.

¿Qué tan genial sería eso?

Al pensar en ello, Jane sonrió y una sensación de alegría y felicidad irradiaba de sus ojos.

"¿Por qué estás sonriendo?", preguntó Noah.

Jane salió de su ensoñamiento. "No estoy sonriendo por nada... Noah, ¿podemos dejar esta cueva y volver a casa?".

Noah le preguntó a Jane con seriedad: "Jane, dime, ¿Cuál… cuál es la relación entre tú y ese hombre tan poderoso?".