Castigado por su amor romance Capítulo 124

Kingston simpatizaba mucho con Sabrina, pero seguía siendo el guardaespaldas de confianza de Sebastian y solo le era leal a él.

“¿Qué ves?”, le preguntó Sebastian a Kingston con frialdad, sin mirarlo.

Kingston se quedó sin palabras.

“¡Dilo!”.

“Parece que la Señora…”. Kingston se dio cuenta de que se había equivocado y se corrigió inmediatamente. “Parece que le ha pasado algo a Sabrina, y el Joven Amo Nigel ha ido a ocuparse de ello”.

No hubo ningún cambio de expresión en el rostro de Sebastian, tampoco había rastro de alguna emoción.

“Entiendo”, dijo tranquilamente.

Después de eso, siguió velando a su madre.

Nadie sabía lo que el sombrío y despiadado hombre estaba pensando. Una gran cantidad de invitados entraron para presentar sus respetos. El Viejo Amo Shaw también estaba presente. Cuando se acercó a la entrada, el Viejo Amo Shaw reprendió a su nieto en voz baja: “Marcus, eres demasiado descarado. ¿Qué clase de lugar crees que es éste? ¡Los muertos tienen prioridad! Además, ¡esta es la madre del Joven Amo Sebastian!”.

La voz del Viejo Amo Shaw era baja, pero Kingston aún la podía escuchar. Él había presenciado antes la breve discusión entre Marcus y Nigel acerca de Sabrina.

Kingston no pudo evitar preocuparse por ella.

***

No le tenía miedo a Nigel. Ese pequeño mocoso no era más que un inútil que gozaba del dinero de su familia, ¡¿por qué Kenton le tendría miedo?!

Sin embargo, Kenton le tenía miedo a Sebastian. Todo el mundo sabía que Sebastian había derrotado prácticamente a toda la familia Ford. La madre de Nigel era la tía de Sebastian, y la familia Connor nunca se había opuesto a él. Además, con la protección de Henry, Sebastian no solo dejó en paz a la familia de su tía, sino que incluso accedió a la petición de su abuelo de proteger a la familia Connor y a su primo.

¿Cómo podía Kenton atreverse a enfrentarse a alguien a quien Sebastian dijo que protegería?

“Un millón de dólares, ¿cierto?”, preguntó Nigel.

“No, Joven Amo Nigel…”. Kenton tartamudeó.

“¡Mi mujer!”. Nigel acercó a Sabrina a él. “Kenton, escucha. ¡Sabrina es mi mujer! A partir de ahora, si te atreves a causarle algún problema, significará que te estás oponiendo a mí, y también a la familia Connor. En otras palabras, ¡te estás oponiendo a la familia Ford y a mi primo Sebastian!”.