Castigado por su amor romance Capítulo 1241

"¡Eres astuta!". Sabrina pudo ver completamente la verdadera Ruth. Como era de esperarse de alguien astuta. La pequeña astuta proveniente del mercado era digna de ese nombre.

“¡Al igual que yo! ¡Soy dinámica!”, dijo Yvonne.

Sabrina se enfureció. Ella siempre estaba en la compañía equivocada. Nunca tuvo amigos en su vida. Finalmente, había dos mujeres que querían estar cerca de ella y formar conexiones con ella, por lo que accedió con mucha alegría. Incluso se convirtió en la mejor amiga de las dos mujeres. ¡Pero cómo sabría que había atraído a dos salvajes imprudentes en su lugar!

Sabrina, se sintió impotente, y asintió débilmente. "¡De acuerdo! ¡De acuerdo! ¡Ambas son astutas y dinámicas!”.

Yvonne y Ruth se echaron a reír tan fuerte que sus cuerpos se sacudieron de un lado a otro. Ruth sujetó a Aino en sus brazos. “¡Aino, Aino, finalmente he derrotado a tu madre, ajá!”.

"Ustedes tres son iguales", dijo Aino con irritación.

Ruth se rio con más ímpetu. “¡Aino tiene razón! No hay diferencias entre nosotras tres. ¡Somos mejores amigas!”.

Los tres sujetaron a Aino y salieron por la puerta del centro comercial. El centro comercial era muy grande, por lo que había varias salidas. Yvonne y Ruth se dirigieron a otra salida para esperar a Kingston. Sabrina, por otro lado, llevó a Aino a la salida número uno para esperar a que Sebastian las recogiera.

“Aino, ¿qué piensas de la madre de Jennifer?”, le preguntó casualmente Sabrina a Aino en el camino a la salida mientras sostenía su mano.

Aino inclinó la cabeza y reflexionó. “Creo que no es tan bonita como la Tía Yvonne ni tan amigable como la Tía Ruth”.

"¿Se compara con la Tía Jane?", preguntó Sabrina.

“¿Cómo podría compararse con la Tía Jane? La Tía Jane es como tú, pero la madre de Jennifer no. Me da un poco de miedo cuando la veo. Jennifer también me mencionó que le tiene un poco de miedo a su madre”, le dijo Aino a su madre con una voz dulce e inocente.

Aino tomó la mano de Sabrina y corrió hacia su padre. Al mismo tiempo, Sebastian también vio a Sabrina y Aino. Levantó la mano para saludar a Aino. No se dio cuenta de que una niña también corría hacia él desde una dirección diagonal. La niña pisó el pie de Sebastian y luego se tiró al suelo.

Sebastian frunció el ceño y luego se inclinó para ayudar a la niña a levantarse. “Niña, ¿estás bien? ¿Dónde están tus padres?".

La voz de una mujer se podía escuchar detrás de ellos. "Lo siento, Señor. Mi hija está demasiado inquieta. Bueno, ella ha ensuciado tus zapatos de cuero, ¿no es así? No te muevas, déjame limpiarlo por ti”.

Mientras decía eso, la mujer se puso en cuclillas y entonces sacó una servilleta de su bolso para limpiar los zapatos de Sebastian. Él la miró sorprendido.

"¿Eres tú otra vez?". Sabrina estaba parada frente a Sebastian.