Castigado por su amor romance Capítulo 1293

¡Él era un hombre voraz después de todo!

Además cuando era tan joven y poderoso, ¿cómo no iba a disfrutar de los placeres de más de una mujer? En ocasiones, incluso sin él buscarlas, algunas personas necesitaban su ayuda y le enviaban mujeres a su cama.

Algunas delicadas, tímidas que se estremecían ante su toque, algunas miserables, otras encantadoras y sensuales… Sean Ford había disfrutado cada una de ellas.

Más tarde, debido a la edad y el incidente en Isla Estrella, después de encontrar una esposa y una amante, dejó de ser mujeriego.

Ahora, al encontrarse nuevamente con Jennie, el anciano de unos 60 años sintió su corazón agitarse. Cuando el corazón del hombre se agitaba por una mujer, haría todo lo posible para demostrar sus habilidades.

“¡Chica, no tengas miedo! ¡Estoy aquí para apoyarte si esa mujer te acosó! He sido amigo de tu madre desde que ambos éramos chicos. Quiero mucho a tu madre. Por eso definitivamente te vengaré”. Sean golpeó su pecho y les hizo la promesa.

"Gracias, Tío Ford". Lori expresó su gratitud de inmediato.

“Ustedes dos deben irse a casa ahora. Les daré la buena noticia luego”, prometió Sean.

"Está bien, gracias, Seany". Era raro y vergonzoso escuchar a una mujer de 50 años gemir con lágrimas en los ojos como si todavía fuera la niña de seis años que se había enamorado de él.

Pero para Sean, era como música para sus oídos.

Jennie y su hija apenas habían dado dos pasos cuando Sean volvió a llamarlas. "Esperen…".

Las lágrimas inundaron los ojos de Jennie, como si estuvieran a punto de desbordarse en cualquier momento. Ella lo miró con ternura. “Seany, ¿qué pasa?”.

Sin embargo, ahora, cuando Jennie recibió el millón de dólares que Sean le dio, quedó encantada. ¿Quién rechazaría una oferta de dinero?

Tal vez mientras su hija se involucraba con Sebastian, ella podría clavar sus garras en Sean. Cuanto más pensaba en ello, más feliz se sentía. Estaba a punto de gritar de alegría en ese momento.

"Mm... Seany, cuando estés libre, ¿puedo invitarte... invitarte a ti y a tu esposa, a mi tío y a toda la familia Shaw, para que así la familia Shaw y la familia Ford se reúnan?".

"¡Por supuesto! ¡Ya es hora de que la familia Ford y la familia Shaw se reúnan!”. Sean accedió de inmediato. Estaba ansioso porque llegara el día, ¡tan feliz que casi podría volar!

Luego, se palmeó el pecho y prometió: “Cuando llegue el momento, le pediré a Sabrina que se disculpe contigo en público, y si no lo hace, ¡le romperé las piernas en pedazos!”.