Castigado por su amor romance Capítulo 131

‘Ni siquiera sabes quién es el padre del niño que llevas en el vientre’.

‘Y Sebastian, debe estar comprometiéndose pronto y luego no pasará mucho tiempo para que se case con Selene’.

‘Sabrina, ¡no puedes sentir algo por él!’.

Esa tarde, Sabrina se sentó sola en el restaurante, mirando al espacio vacío, sintiéndose afligida.

La imagen de Sebastian no abandonaba su mente.

Sin embargo, lo que Sabrina no sabía era que, en la mesa junto a ella, oculta por un gran pilar, estaba sentado Sebastian con una mirada solemne.

Él había visto claramente las sonrisas que ella le mostraba a Nigel. Por inercia, Sebastian apretaba los puños y los relajaba repetidamente.

Con solo pensarlo, apretó los puños con tanta fuerza que sus nudillos empezaron a ponerse blancos.

Habían planeado separarse oficialmente al día siguiente. Sin embargo, incluso con el divorcio aproximándose, Sebastian se sentía preocupado mientras observaba a Nigel y Sabrina platicar.

Durante el resto de la tarde, los dos simplemente se sentaron allí, inmóviles.

Solo cuando llegó la noche, Sabrina decidió abandonar el restaurante, y Sebastian hizo lo mismo poco después. Mientras él se subía a su coche, Kingston le preguntó sin pensar: “Joven Amo, esa persona que salió del restaurante hace un momento, ¿era la Señorita Scott?”.

Por lo que había visto, Kingston no estaba seguro de que era Sabrina.

Desde que Grace falleció, Sabrina había ignorado a Kingston cada vez que se acercaba a ella o intentaba entablar una conversación. Finalmente, había captado el mensaje alto y claro.

Al girar la cabeza hacia el asiento trasero del coche, Kingston notó que la cara sombría de su joven amo tenía un aura melancólica.

Kingston estuvo a punto de soltar: ‘¿Joven Amo? ¿Alguien lo ha engañado? ¿Verdad que no? La Señorita Sabrina ha sido vigilada muy estrictamente por usted, hasta el punto en que ni siquiera se atreve a salir de casa hoy día sin una razón. ¿Usted entró al café, vio a la Señorita Scott y se dio cuenta de que tenía una aventura con alguien más?’.

Temiendo provocar la ira de su amo, Kingston decidió guardarse estos pensamientos para sí mismo.

Selene parecía muy satisfecha consigo misma mientras decía: “Sabrina, realmente querías que te encontrara, ¿verdad? ¿Por qué otra razón habrías alquilado una habitación aquí, donde solías quedarte?”.

“¡¿Qué quieres?!”, gritó Sabrina.

“¿No puedo visitarte? Después de todo, fuiste adoptada por mi familia. Incluso debería llamarte mi hermana”. Selene sonrió con crueldad.

“¡Habla!”. La paciencia de Sabrina se estaba agotando.

“Sabrina, dejaste paralizado a ese viejo Kenton, que no tenía la intención de ir por ti. A decir verdad, ¡Iba por nosotros!”. Selene miró a Sabrina de forma amenazante.

Aunque estaba frustrada, Sabrina se rio en respuesta a lo que Selene había dicho. “¡¿Qué tiene que ver que Kenton los haya estado buscando? ¿Intentas decirme que el hecho de que Kenton me humillara en público y me llevara al cuarto privado ocurrió bajo las órdenes de ustedes? Si ese es el caso, ¡lo denunciaré a la policía ahora mismo!”.

“¡Tú, pequeña...!”. Selene apretó los dientes con rabia. Sin embargo, al recuperar la compostura, volvió a sonreír. “No he venido a hablarte de Kenton, ese viejo no significó mucho para la familia Ford. Solo vine para hacerte saber que mañana Sebastian y yo celebraremos nuestro banquete de compromiso. No pasará mucho tiempo para que forme parte de la familia Ford”.

Sabrina se quedó sin palabras por lo que Selene acababa de decir y no pudo evitar dar un paso atrás. “¿Qué?”.