Castigado por su amor romance Capítulo 133

Los que asistieron a la ceremonia eran todos miembros de las altas élites de Ciudad del Sur.

Entre ellos había personajes tales como la familia Ford, la tía de Sebastian y Nigel. Sin embargo, el padre y la madrastra de Sebastian no asistieron a la ceremonia, ya que todavía estaban en el extranjero. Además de ellos, también estaban presentes las familias Shaw y Smith.

Como todas ellas eran familias con mucha historia previa, Sebastian se vio obligado a invitarlas ante las impetuosas peticiones del Viejo Amo Ford.

Si fuera por Sebastian, no habría invitado a nadie.

De hecho, ni siquiera habría celebrado un banquete, porque su matrimonio con Selene era algo personal entre ellos dos.

Sebastian claramente sabía que solo se iba a casar con Selene porque ella lo había salvado una vez, y también por el niño en su vientre.

No la amaba en absoluto.

Incluso se sentía intensamente frustrado cada vez que miraba a la mujer.

Sin embargo, para Selene, era el mayor honor que había conocido.

Después del compromiso, toda la clase alta de Ciudad del Sur sabría el estatus social recién establecido de Selene.

La preciada hija de la familia Shaw, Mindy, ni siquiera se atrevería a mirar de mala forma a Selene. El contraste en el estatus social de sus familias solía ser tan grande que incluso si Selene limpiara el zapato de Mindy, ella lo habría considerado como sucio. Sin embargo, en ese momento, cuando Mindy vio a Sebastian con su brazo alrededor de Selene mientras saludaban a los invitados, ella sintió una sensación de enojo subiendo por su espalda.

Antes del compromiso, Selene había sido pisoteada constantemente por Mindy.

Ahora, Mindy lo lamentaba profundamente.

Mindy, haciendo todo lo posible por mostrar una sonrisa falsa, trató de adular a Selene: “Señora Ford, deberíamos ir a comer e ir de compras juntas en el futuro”.

Selene dijo con arrogancia: “¡Ya veremos!”.

Mindy se quedó sin palabras.

“¡Hagámoslo!”. Los dos se fueron a un rincón, cruzados de brazos, mientras bebían.

Tras el brindis, Nigel sacó su teléfono y marcó un número.

“Joven Amo Nigel, ¿a quién llamas?”. Mindy hizo un puchero, ya empezando a ponerse celosa.

Nigel acarició la cara de Mindy. “Estoy llamando a tu rival”.

Mindy se quedó sin palabras.

Mientras tanto, Sabrina seguía sin ganas de comer a pesar de que ya había pasado la hora de la cena. En ese momento, sonó su teléfono y se apresuró a contestar: “Hola…”.

“Sal ahora, te llevaré a un sitio”, le ordenó Nigel, al otro lado de la llamada.