Castigado por su amor romance Capítulo 1362

"¿Estás... estás preguntando por la tumba de la Tía Grace?".

En el otro extremo, Holden no respondió, simplemente preguntó en un tono frío: "Cuando... cuando estaba viva, ¿sufrió mucho?".

Sabrina: “…”.

“Ella… ¿Tienes alguna foto de ella?”.

Sabrina: “…”.

"¿Cómo era ella? ¿Era hermosa?”.

Sabrina: “…”.

“Escuché que estuviste con ella en prisión durante dos años. En esos dos años, su cuerpo estaba débil y siempre enfermaba. ¿Fuiste tú quien la cuidó?”.

Sabrina: “…”.

Ella estaba de muy mal humor hoy. En sus planes tenía acostar a Aino, pero la niña no podía dormir en una cama diferente. No quería dormir en la casa de su Abuela. Quería ir a casa. No solo eso, también seguía preguntándole: “¿Dónde está mi Papá? ¿Por qué no ha venido a recogerme todavía?”.

Cuanto más le insistía, más difícil le resultaba a Sabrina dejar a Sebastian. Ella se sentía perdida y confundida. Su corazón dolía como si hubiera sido cortado por mil cuchillos.

Entonces justo en ese momento, Holden la llamó y le hizo todas estas preguntas. Sus palabras provocaron que todo su dolor y angustia ocultos se despertaran. No podía evitar sollozar: “Holden, tú… Debes irte del país. Sebastian no te hará daño. En realidad, desde que llegaste a Ciudad del Sur, Sebastian pudo haberte capturado fácilmente si lo quisiera. Nunca lo hizo debido a la persona que yacía en la tumba, tu... y la de Sebastian”.

Sabrina dejó escapar un largo suspiro. “Ustedes dos son lo más cercano que tienen entre sí en el mundo. Comparten el vínculo más fuerte que la sangre puede construir”.

Holden se burló. "¿Yo y él? Uno de nosotros usa Payne como su apellido, mientras que el otro usa el apellido Ford”.

"Gracias”.

Después de finalizar la llamada, Sabrina escribió la dirección del cementerio donde estaba enterrada la Tía Grace y se la envió a Holden.

Holden respondió sencillamente. 'Gracias'.

Nunca más la llamó.

Sabrina regresó a la habitación de su madre nuevamente y trató de convencer a Aino para que se durmiera.

“Mami, debemos irnos a casa ahora. Si Papá no viene a recogernos, tú puedes llevarnos a casa”. Aino levantó la cabeza para mirar a su madre.