Castigado por su amor romance Capítulo 1361

No le importaba la técnica o la destreza, solo dejaba caer sus puños sobre Holden.

Llegó el momento en que Holden estaba a punto de caer por la fuerza de sus golpes.

Detrás de ellos, Minerva sollozó: “¡Nigel, no le pegues a mi tío! Tío Holden, Tío Holden, te lo ruego, detente. ¡Nigel es muy amable conmigo! ¡Él nunca me tocó! ¡Tío Holden, basta! ¡Bua!”.

Ninguno de los dos contrincantes mostró compasión por el otro.

“¡Maldito! Matarte es tan fácil como matar una hormiga. ¡Si no me sueltas, te mataré a patadas!”, dijo Holden de una manera violenta y masculina.

“Holden Payne, ¿eres siquiera un hombre? Ya que perdiste tu hogar, ¿crees que puedes correr aquí y acosar a Sabrina? Crees que amas a Sabrina, pero ¿realmente la amas? ¿Sabes cuánto ha sufrido? Estuvo a punto de morir varias veces y huyó durante seis años antes de tener la vida estable y feliz que ahora disfruta, ¡y tú llegas y lo arruinas todo! ¡Todo esto es tu culpa! ¡Te mataré!".

¡Bam!

Con un fuerte golpe, Holden pateó a Nigel con tanta fuerza que voló y chocó contra la pared del paso elevado.

Nigel gimió: "Ay...".

La sangre brotó de su boca. Minerva inmediatamente se arrojó frente a él para protegerlo. “¡Tío Holden, lo vas a matar! ¡Lo amo, Tío Holden! Lo amo, él es el primer hombre al que he amado. ¡Aunque solo tengo la mitad de su edad, lo amo, Tío Holden!”.

Holden se quedó sin palabras. Su pie se detuvo en el aire, justo al lado de la cara de su sobrina. Después de unos segundos, se retractó.

“Vi con mis propios ojos cómo Nigel salvó a Sabrina y Aino. Me gusta un hombre sentimental y justo. Odio la Isla Estrella, no quiero vivir como antes. Quiero ser independiente como Sabrina. quiero asistir a la universidad; quiero estudiar medicina”.

Minerva respondió de inmediato: “Tío Holden, el Señor Ford no le hizo daño a la gente de la isla, tanto él como a Sabrina son gente muy amable. Tío Holden, por favor, vuelve a Isla Estrella, ¿por favor?”.

Sin embargo, Holden la soltó abruptamente y desapareció en la oscuridad.

“Tío Holden…”. Minerva lloraba sin cesar.

El cielo se oscureció.

A las 9:30 p.m., descansando en casa de su madre, Sabrina recibió una llamada de Holden.

“Escuché que la cuidaste durante su último mes en este mundo. ¿Dónde... dónde está su tumba?”. La voz de Holden sonaba como una noche a finales de otoño, suave y fresca.