Castigado por su amor romance Capítulo 1501

"Está bien", le dijo Alex a Jane con calma.

"En realidad…". Los ojos de Jane brillaron con soledad por un breve momento. "En realidad... tú y la Señorita Park se ven muy bien juntos. Ustedes crecieron juntos y la esperaste durante diez años. Ambos son de familias igualmente poderosas. Ella ha viajado por el mundo y ha visto muchas cosas. Yo creo... Tal vez tú no eras el que estaba detrás de todo cuando la Señora Park me persiguió, ¿verdad? Ahora entiendo la intención de la Señora Park, ella... Ella realmente debe amarte para estar tan celosa de mí. Ahora lo entiendo. Ya no tengo ningún resentimiento contra ella. Ustedes dos tienen mis bendiciones. Espero que puedan estar juntos hasta su último día y eh... que tengan muchos hijos. Eres tan alto y guapo, mientras que la Señora Park también es muy interesante, supongo que... sus hijos... probablemente serán hermosos. Um... Adiós. Nunca volveré a aparecer ante ti. Viviremos muy bien ahora que tenemos el dinero para hacerlo...", dijo ella mientras se alejaba con Noah, ambos con lágrimas de felicidad como si acabaran de escapar de la muerte.

Detrás de ellos, Alex se quedó de pie frente al viento helado y miró a lo lejos durante un largo rato.

"Amo…", lo llamó Garrett.

Con una voz ronca, Alex respondió: "¿Hm?".

"Re… ¿Regresamos ahora?".

En lugar de responder a la pregunta, Alex le preguntó a su subordinado: "Garrett, ¿tu hijo es lindo?".

"...".

“Dime, ¿crees que volveré a ver a mi mujer y a mi hijo?”.

De repente, Alex estalló en carcajadas antes de rugir al cielo: "¡Yo, Alex Poole, nunca me casaré con otra mujer! ¡Amo a Jane Sheen! ¡Amo a Jane Sheen!". Hizo una pausa mientras las lágrimas corrían por su rostro. Se rio sin cuidado y se dijo a sí mismo con sarcasmo: "Mujer, has vaciado mi corazón. Jane Sheen, maldita mujer, ¡has ganado! Has vaciado mi corazón y luego me abandonaste, y ahora me has encerrado de por vida. No tengo idea si yo era tu guardián, o si tú eras la mía, ¡pero al final ganaste!”.

Alex se dio vuelta hacia sus subordinados y les ordenó: "Vámonos".

"¡Sí, Amo Alex!", sus hombres respondieron en voz alta.

Mientras tanto, Lily, todavía escondida en el hotel, estaba tan frustrada que se mordía los labios. Había olvidado por completo el motivo de su visita. Lily apretó los dientes y maldijo: "¡Esa maldita mujer! ¡No permitiré que seas feliz!".