Castigado por su amor romance Capítulo 1596

El llamado de Alex hizo que Ivy cayera de rodillas con miedo. Empezó a inclinar la cabeza una y otra vez. "¡Por favor, perdóneme, Amo Alex! Nunca imaginé que la embarazada tendría la capacidad de cambiar la situación”.

Alex no se molestó en escuchar las súplicas de Ivy y le gritó al conductor: "Garrett, ¿dónde están esas personas que enterraste la última vez?".

"Amo Alex, están enterrados en los terrenos del Oeste".

"¡Alex!", lo interrumpió Jane de repente.

"¿Qué pasa, Jane?", preguntó con calma.

"Alex, en esas dos noches y un día que pasé donde Huron, es cierto que mientras todos me molestaban, esta joven me dio un pedazo de pan para que no me muriera de hambre. Pero cuando me pidió ayuda, no la salvé. Está bien. No le guardo rencor. No hay necesidad de matar por mí". Jane hizo una pausa por un momento antes de agregar: "Esa mujer que se enojó conmigo en el restaurante también. No me interesa. No pasa nada. Solo quiero ver a mi mamá lo antes posible, ¿de acuerdo?”.

"Está bien, lo que digas". Alex accedió y se dio vuelta para mirar a las personas que temblaban de miedo fuera del coche antes de decir con pereza: "Todos deberían estar agradecidos con mi esposa. Es ella quien tiene la amabilidad de perdonarlos".

Luego se dio vuelta y le dijo a Garrett: "Garrett, enciende el coche".

"¡Sí!".

Dentro del coche, Garrett encendió el motor. El humo negro comenzó a salir del tubo de escape debajo del coche mientras se iban.

"Mmm". Ella se acercó un poco más a él antes de quedarse dormida lenta y profundamente.

Garrett, quien conducía en el asiento delantero, no se sintió muy feliz al ver esto y no pudo evitar susurrar: "Amo, la Señora Poole está demasiado débil. ¿Por qué no vamos al aeropuerto más cercano y tomamos un vuelo de regreso a Ciudad Kidon? Así ella no tendrá que sufrir".

Alex suspiró. "Primero iremos al Condado de Bahía".

"¿Eh?". Garrett miró a Alex.

Alex no dijo una palabra más, solo sostuvo a Jane con un brazo. Sus emociones no se podían descifrar debajo de las gafas de sol que usaba, pero Garrett podía notar el dolor que se cernía sobre su Amo. Quería preguntar, pero no se atrevió a hacerlo. Él atesoraba su vida, por lo que no preguntó nada. Dondequiera que su amo le dijera que fuera, un conductor temporal como él tenía que obedecer. Desde la Ciudad del Océano Blanco hasta el Condado de Bahía, las dos pequeñas ciudades no tenían vuelos que las conectaran, y les tomó cerca de ocho horas al volante llegar a la frontera del Condado de Bahía.