Castigado por su amor romance Capítulo 1803

Su voz sonó como una bomba. "¡Kingston! ¡Rápido! ¡Sella toda la ciudad, incluyendo las alcantarillas!".

Al otro lado de la línea, Kingston dijo enseguida: "¡Sí, Amo Sebastian!".

"¡No dejen salir ni una sola mosca de la ciudad!".

"¡Sí, Amo Sebastian!".

"¡Espera!". Sebastian volvió a llamar a Kingston.

"¿Amo Sebastian?".

"¡Llama inmediatamente a todo el personal del Grupo Ford y haz que suspendan todo su trabajo enseguida! Envía a todos, a cada persona del Grupo Ford, incluyendo a los conserjes, a buscar por toda la ciudad. ¡No escatimen ni un centímetro de lugar!".

"¡Sí, Amo Sebastian!".

"¡Diles que el pago de la búsqueda para todo el día de hoy es cien veces superior a su salario habitual! No, no, no, mil veces, no, diez mil veces. ¡Es diez mil veces su salario para todos! Además, escúchame bien, Kingston, ¡quien encuentre a Aino se quedará con la mitad de los negocios del Grupo Ford!".

Kingston permaneció en silencio.

"¡Ve, rápido!", rugió Sebastian enfadado con la voz temblorosa.

"¡Sí, Amo Sebastian!".

Después de cerrar la llamada, Sebastian le devolvió el teléfono al ama de llaves de forma abrupta. Ya no podía caminar correctamente. El ama de llaves lo levantó con cuidado y lo condujo a una banca para que se sentara. Sebastian miró al ama de llaves con el rostro pálido como una sábana.

"Joven Amo Sebastian, usted... Tiene que estar tranquilo. La princesita es muy inteligente, así que todo irá bien. Dios protegerá a una persona tan buena como ella".

Sebastian miró al ama de llaves débilmente. "¿Has... Visto a mi hija?".

Después de decir eso, se levantó, se agarró de la pared y luego miró al amo de llaves. "Conduce. Llévame a casa".

"Muy bien, Joven Amo Sebastian", dijo de inmediato el amo de llaves. Entonces condujo a Sebastian hasta su casa. En ese momento, tenía que hacer un viaje a casa. Todavía tenía a su esposa. Todavía no sabía cómo estaba ella. Tenía que ir a casa primero para verla. Subió las escaleras y la puerta se abrió. La persona que lo recibió fue Sabrina.

Sabrina, quien en un principio tenía una expresión gentil y tranquila, se sorprendió mucho al ver a Sebastian. "¡Sebastian! ¿Por qué has llegado a casa tan temprano hoy? ¿Es porque has pensado bien el tema de visitar a tu padre y a tus abuelos, y por eso has venido antes a casa para recogernos a mí y a Aino? Sin embargo, Aino aún no ha llegado a casa. Supongo que debe haber ido al hospital justo después de salir de la escuela. Esta niña está muy apegada a su Tía Jane y a su Tía Hana últimamente".

El corazón de Sebastian se encogió al escuchar a Sabrina decir eso. ¿Cómo debía decírselo? La niña de sus ojos, la preciosa bebé que había tenido después de estar al borde de la muerte, su hija, estaba secuestrada y su paradero era aún desconocido. ¿Cómo iba a decírselo a Sabrina?

Justo en ese momento, sonó el teléfono de Sabrina, y contestó al instante. "Hola, ¿quién es?".

Al otro lado de la línea, Holden dijo con un tono tranquilo: "Sabrina, ¿cómo estás? Vamos a encontrarnos, ¿de acuerdo? Aino está aquí conmigo y echa de menos a su madre".

"¿Qué... Qué dijiste?".