Castigado por su amor romance Capítulo 1802

"¡Joven Amo Sebastian! Joven Amo Sebastian, ¿qué le ha pasado... a usted? ¿Joven Amo Sebastian?". En un instante, el ama de llaves vio que la expresión de Sebastian se había vuelto sombría y que las venas de su frente sobresalían.

El ama de llaves volvió a llamarlo: "¿Joven Amo Sebastian?".

El aspecto de Sebastian era muy aterrador. El ama de llaves recogió con cautela el teléfono roto que estaba en el suelo y no sabía si debía dárselo a Sebastian o no. Notó que el rostro de Sebastian se volvía incomparablemente feroz. Éste se dio la vuelta y se acercó a grandes pasos a la cama del Viejo Amo Ford. Levantó la mano y agarró los cables que conectaban todo el equipo médico. Los sujetó con furia en sus manos. Si arrancaba todos esos cables, Sebastian sería sospechoso de haber matado a su propio abuelo.

El ama de llaves gritó: "¡Joven Amo Sebastian!". No se compadecía del todo del Viejo Amo Ford, quien yacía tumbado en la cama del hospital. Sentía lástima en parte por el Joven Amo Sebastian. Él había sido miserable desde que era un niño y hasta el ama de llaves no podía soportar verlo. Vio con los ojos muy abiertos cómo la mano del Joven Amo Sebastian temblaba y hacía fuerza mientras agarraba esos cables. Las venas de su muñeca sobresalían una a una al igual que las de su frente. Eso resaltaba la furia que sentía Sebastian.

"Joven Amo Sebastian, como sirviente de su familia, diré algo que no debería ser dicho por mí. El Viejo Amo Ford va a morir pronto, así que por qué necesita...". El ama de llaves miró a Sebastian con seriedad.

Sebastian se quedó sorprendido por un momento. Después, soltó los cables, se dio la vuelta y salió. Su ritmo era muy rápido y muy impaciente. Antes de que el ama de llaves pudiera reaccionar a tiempo, Sebastian ya había salido corriendo. El ama de llaves aún no sabía qué le había pasado al Joven Amo Sebastian. Debía ser algo importante. Aunque Sebastian no dijo ni una sola palabra, él podía sentir que debía ser algo importante. El ama de llaves lo siguió sin dudarlo. "¡Joven Amo Sebastian, Joven Amo Sebastian! Su teléfono".

Al ama de llaves le parecía escuchar que alguien gritaba al otro lado de la llamada, pero la pantalla ya no era legible. La persona al otro lado de la línea también estaba muy ansiosa. "Amo Sebastian, Amo Sebastian. ¿Qué le ha pasado? Amo Sebastian, ¿me está escuchando? ¿Qué le ha pasado? ¿Amo Sebastian?".

El ama de llaves corrió como un maniático hacia el exterior mientras sostenía el teléfono. Sin embargo, vio que Sebastian, quien ya había salido corriendo muy lejos, se tropezó repentinamente con algo. Se sujetó a la pared mientras se sentía inestable sobre sus pies, y luego dio dos pasos más hacia adelante con gran dificultad.

"Joven Amo Sebastian, ¿no se… siente bien?", preguntó el ama de llaves, quien corría tras él.