Resumo de Capítulo 1822 – Uma virada em Castigado por su amor de Internet
Capítulo 1822 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Castigado por su amor, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Romance, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Sabrina dejó de sollozar al instante. "¿Qué... dijiste, Sebastian? ¿Qué dijiste?". No se atrevía a creer lo que oyó. ¿Cómo podía el destino hacerle semejante broma?
"Nuestra hija volvió por su cuenta", dijo Sebastian miserablemente.
Sabrina se quedó sin palabras. Hizo una pausa muy larga. Podía oír a Sebastian sollozando al otro lado de la llamada.
"Sebastian...". Después de un largo rato, Sabrina dijo en un tono muy débil y vago: "Ya que Aino ha regresado a casa, me siento tranquila, Sebastian. Tienes que cuidar bien de Aino. Después de eso... búscate otra mujer de buen corazón...".
"¡Basta! ¡No digas eso! ¡Sabrina, esperaré a que vuelvas! ¡Volverás muy pronto! ¡No puedes decir eso!". De repente, Sebastian entró en rabia.
Holden escuchó la voz de Sebastian a través de la llamada, así que se enteró de que Aino había vuelto con Sebastian. Para Holden, eso fue como una puñalada con un cuchillo en su herida. Resultaba que todo el afecto familiar que Aino le había mostrado fue una mentira. Resultaba que Aino seguía agotando todas sus ideas para volver al lado de sus padres. ¡M*ldita sea! En ese momento, Holden quería matar a todos los que estaban a su alrededor. Sin embargo, cuando vio a Sabrina con ese aspecto, de repente se compadeció.
Abrazó a Sabrina y le rogó desesperadamente. "¡Sabrina, no te mueras! Por el bien del niño que llevas en tu vientre y por Aino, no puedes matarte. Piénsalo, Aino ya ha vuelto con su padre. ¿Qué tan feliz es eso?". Para consolar a Sabrina, Holden no tuvo más remedio que soportar el dolor y decirle eso.
Sabrina miró a Holden. "Holden, ¿estás... estás dispuesto a dejarme volver y reunirme con mi marido y mi hija?".
"¡No!", espetó Holden.
Sabrina sacudió la cabeza con indiferencia. "¿Cómo voy a saber lo que hay en tu camarote?".
"¡Es un doctor con todo el equipo! Incluso tengo preparadas bolsas de sangre con el mismo tipo de sangre tuyo. Porque tenía miedo de que dieras a luz en el barco, así que te conseguí el doctor, el equipo, la mejor partera y todo”.
"Sabrina, aunque el niño que llevas no es mío, seguiré valorando mucho tu vida, incluido el niño que llevas en tu vientre. Sabrina, ¿podría todo esto que he hecho por ti no ser suficiente para que te sientas conmovida? Nunca he sido un hombre que prioriza las grandes ambiciones y los negocios. Solo quiero vivir una vida sencilla. Solo quiero vivir una vida sencilla con la persona que amo. ¡Eso es todo!".
Sabrina se quedó sin palabras. Él lo dijo con tanta sinceridad.
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