Castigado por su amor romance Capítulo 1841

Maysun no se enojó y se mantuvo sonriente. "Lo que quise decir es que aún soy de nobleza. Mi estatus es incluso más alto que el de la familia Poole de Ciudad Kidon y la familia Ford de Ciudad del Sur".

Aino asintió de inmediato. "Ya entendí. Estás diciendo que tu estatus es más alto que nuestra familia Ford y también la familia de mi Tío Poole. Eres de la familia noble más importante, la familia Kemp, ¿verdad?".

Maysun asintió. "Eso es precisamente lo que quise decir. Por lo tanto, niña, debes ser cortés y respetuosa cuando me hablas porque tus abuelos y también tu padre siempre son respetuosos conmigo".

Aino estalló en carcajadas al instante. "¡Já!".

Maysun se quedó sin palabras.

"Mis abuelos son respetuosos contigo. Ya que tienes un estatus tan alto y noble, ¿por qué estás planeando robarle el esposo a mi mamá al seducir a mi papá? Maysun Kemp, debes saber que mi papá ya está casado y que su esposa es mi madre. Eres una mujer tan noble. ¿Quieres ser la amante de mi padre?”.

El tono de la pequeña fue tan contundente que irritó a Maysun.

"¡Tú! ¡Aino Scott! ¡Te has pasado de la raya!", la reprendió Maysun en voz alta. "¿Cuándo he dicho que estoy aquí para seducir a tu padre y ser su amante? ¡No sigas diciendo que soy una amante y que estoy aquí para seducir a tu padre!".

Después de decir eso, Maysun se dio la vuelta y miró a Rose, quien no había dicho una palabra en todo el tiempo. "Señora Ford...".

Los ojos de Rose estaban fijos en Sebastian. Sebastian la había estado mirando desde el momento en que entró, lo que provocó un escalofrío por la espalda de Rose. Ella también había estado observando de cerca a Sebastian y Aino. Trataba de descifrar qué tanto la odiaban según sus expresiones. Como consecuencia, lo que vio le hizo sentir un escalofrío en la columna y ni siquiera escuchó que Maysun la llamaba.

"Señora Ford", la volvió a llamar Maysun.

"¡Mm-hmm! Mi hija tiene el mejor estado de alerta", la elogió Sebastian.

"¡Buah! Después de todo, soy tu hija. De tal padre, tal astilla". La niña había aprendido ese dicho hacía mucho tiempo en uno de los tantos dibujos animados que había visto en la tableta.

Sebastian no pudo evitar sonreír. "Sin embargo, pequeña niña, acabas de mostrar tus cartas".

"¿Cuál es el significado de mostrar mis cartas?", Aino no entendió, así que solo miró a su padre.

La expresión de Sebastian se volvió fría. "¡Rose se está agarrando a un clavo ardiendo como un perro desesperado que se está ahogando!".