Castigado por su amor romance Capítulo 1908

Eirwen estaba durmiendo profundamente en la cama. Había estado en un terrible estado mental estos días, así que una vez se durmiera, lo hacía por un largo tiempo. Después de despertarse, su mente estaría en un desorden incomparable.

Eira miró a la sábana andrajosa cubriendo a su madre. Agachó su cabeza y le limpió las lágrimas. Entonces, fue a arroparla correctamente. La verdad, Eira sabía que esta sábana había sido usada por tanto tiempo que ya no era más capaz de mantenerla caliente. Aún así era un poco mejor usarla en ese momento. Si el clima se ponía aún más frío, su madre y hermano ciertamente sufrirían del frío. Les faltaban demasiadas cosas en la casa, pero este pequeño pendiente dorado no sería suficiente en lo absoluto. No podía dejar que su hermano se encargara de toda la carga. Tenía que ayudar a compartir algo de esa carga. También tenía que ganar dinero. El pequeño pendiente dorado que había conseguido ese día era un muy buen inicio.

Después de que Eira apropiadamente arropó a Eirwen, tomó un vistazo al cielo afuera. Había estado esperando que su hermano regresara. Ya no podía esperar a compartir esta felicidad con su hermano. Después de un tiempo, unos pasos finalmente se escucharon afuera. Eira se apresuró en ir a saludar a la persona. Caminó rápidamente a la puerta y la abrió. Sin embargo, la persona que apareció en la puerta no era su hermano, sino Delmont.

Con una cara llena de consternación, Eira miró a Delmont quien estaba de pie en la puerta. Después de eso, rápidamente apretó su mano derecha con fuerza como una niña que había hecho algo mal y rápidamente tomó dos pasos hacia atrás. “Padre, yo no la empujé. De verdad que no lo hice. Créeme, ¿sí? Mi madre está en un terrible estado mental ahora mismo. No puede estar lejos de mí. Te estoy rogando que no me captures y no me encierres, ¿está bien? Si verdaderamente quieres vengar a mi hermana, y firmemente crees que yo fui quien lo hizo, entonces empújame por las escaleras. Solo empújame por las escaleras también, ¿sí?”, dijo Eira, sus ojos ya llenándose de lágrimas.

A lo largo de todos estos años luchando por sobrevivir con su madre y hermano, Eira había visto todo tipo de padres. Había visto a un padre sostener un paraguas cuando llovía solo para cubrir a su hija. Había visto a un padre quien le compraba los dulces favoritos de su hija aunque solo le quedaban diez doláres su bolsillo. También había visto a un padre que estaba terriblemente enfermo, pero que por el bien de su hija, hizo lo mejor para sobrevivir, ya que quería mantener todo el dinero que le había guardado a su hija. Sin embargo, por otra mano, Eira no podía reconocer a su padre y no lo podía ver. Solo su padre la llamaría una pequeña mendiga…

Mientras pensaba en eso, Eira casi lloró en alto. Sin embargo, Eria tenía miedo que Delmont se molestara cuando la viera, así que se obligó a aguantar las lágrimas y no las dejó caer sobre sus mejillas sin importar qué.

Cuando Delmont vió a Eira en ese momento, se sintió muy angustiado. Cuando miró detrás de Eira y dentro de la casa, frunció las cejas. La casa estaba más allá del deterioro. No se veía como un lugar donde alguien pudiera vivir en lo absoluto. Cuando vio a la persona en la cama, la expresión de Delmont se volvió aún más horrible. Desde que se divorció de Eirwen, Delmont no la había visto de nuevo. Sin embargo, él no esperó que ella de verdad terminará así. Delmont realmente no sabía qué tipo de vida Eira podía vivir en un ambiente tan terrible. Después de todo, ella era su hija, así que sería mentira decir que no estaba para nada desconsolado.

Originalmente, Delmont se sintió incómodo al pensar en enviar a Eira con el Señor Qualls. Sin embargo, cuando la vio vivir de esta manera, Delmont sintió que Joy no estaba equivocada. En vez de vivir con su loca madre en una situación precaria, tal vez Eira realmente podría vivir una mejor vida con el Señor Qualls. Al pensar en eso, Delmont paciente y lentamente se arrodilló, lo cual era raro, y levantó su cabeza para mirar a Eira. Entonces dijo gentilmente: “Niña tonta, ¿de qué hablas? Eres mi hija. ¿Cómo podría soportar empujarte por las escaleras? Solo estaba muy ansioso hace un momento cuando vi a Brooke herida, así que puede que fui un poco duro con mis palabras. No estés molesta contigo, ¿está bien?”.