Castigado por su amor romance Capítulo 1920

Delmont y Joy nunca esperaron que Eira se negara. La pareja miró con furia a Eira.

La cara de Eira se volvió aún más roja. “Yo… yo aún no he cumplido dieciséis años”.

Todavía le faltaban unos años para cumplir dieciséis. Ella aún solo era una niña, ¿cómo podrían dejarla hacer tal cosa? ¡No! Podrían pedirle hacer lo que sea. Podría aceptar tener que ladrar como un perro, maullar como un gato, ser golpeada, maldecida y encadenada. Sin embargo, ella absolutamente no podía acceder a lo que Tía Joy le dijo.

“¡No iré!”. Eira reiteró con absoluto temor.

Ella ya estaba en su adolescencia temprana. Ya no era ignorante de todo. Al pensar en ese tipo de escenario, sintió que ciertamente era un abismo. Eso la aterrorizó más que ser encarcelada o ser sentenciada a la muerte. Por lo tanto, ella ciertamente no quería ir.

“¿No irás?”. Joy se burló. “Adelante, huye todo lo que quieras. Corre de vuelta a casa”.

Eira no tenía palabras.

“Eira, hay vigilancia en todos lados dentro de la mansión de la familia Stevens. Como robaste, asustaste a tu hermana y la enfermaste, y regresaste una segunda vez para saquear nuestra casa se pudo ver todo en la vigilancia. ¿Me creerías si dijera que mandaría todos los videos de vigilancia al periódico, tu escuela, tu vecindario y también a tus abuelos? ¡Quiero que todos sepan el tipo de diablo que eres!”.

“No… no lo hagas, Tía Joy, ¡no lo hagas!”.

Joy ignoró a Eira por completo. “Incluso si ventilo todos tus trapos sucios en público, todavía tendrías que ser encarcelada e incluso podrías ser sentenciada a la muerte”.

“¡No!”. Eira estaba tan aterrada que repentinamente tembló. No se atrevió a huir más. Sintió que si daba un paso atrás, se caería en un abismo.

“¡Échate para atrás entonces!”, dijo Joy con una sonrisa.

“Es desde mi propia voluntad, Tía Joy”. Eira estaba completamente aterrada de ser golpeada, así que le fue absolutamente obediente a Joy en ese momento.

“¡Muy bien! Es porque eres una p*rra, ¿verdad?”.

“Sí, Tía Joy”.

Solo entonces Joy sonrió. “Solo necesitabas ser disciplinada. Tenías que ser golpeada para ser obediente. Si eso no es ser una perra, ¿entonces qué es? Vamos. Te llevaré a lavarte la cara y comprarte una crema. Esa piel en tu cara es tan áspera como un gato. A Gordon no le gustará tal niña cuando la vea”.

Después de decir eso, Joy sujetó la mano de Eira y juntas se fueron.