Resumo de Capítulo 1941 – Uma virada em Castigado por su amor de Internet
Capítulo 1941 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Castigado por su amor, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Romance, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Al decir eso, Isadora sonrió. “Fue como si yo se lo debiera, en vez de él a mí. Nunca he disfrutado el amor de un papá desde que tuve más de un año. Siempre he anhelado el amor de un padre. Aún si Delmont me hubiera dado un poco de amor, sería incluso inmensamente feliz. De hecho, hubo varias veces que esperé que esto solo fuera un sueño. Quería regresar a los viejos tiempos donde nada de esto hubiera pasado. ¡Quería renacer como esas historias en las novelas! No quiero que mi papá muera. No quiero odiar a mi papá. No quiero nada. Solo quiero un papá. ¿Quién me podría devolver a mi papá?”.
Isadora lloró como una niña. Parecía muy irrazonable. No estaba hablando de lo tanto que odiaba a su padre, y no estaba hablando de lo cruel que su padre fue con ella. Era frecuentemente dicho que se necesitaba toda una vida para curarse de una infancia desafortunada mientras que una infancia feliz podía curar a una persona por toda una vida. Eso era realmente como era para todos.
Cuando vio a Isadora llorar en sus brazos, Sabrina fue recordada de Aino. Parecía que todos en este mundo estaban pasando por dificultades. Sabrina era así. El papá adoptivo y la mamá biológica de Sabrina fueron así. Aino era igual también. Ella no tuvo un padre durante su infancia y no fue hasta que tenía cinco que conoció a Sebastian por primera vez. Afortunadamente, Aino tenía la compañía de Zayn. Aino siempre había sido físicamente y mentalmente saludable, y ella tenía una personalidad alegre.
Sin embargo, ¿qué pasó luego? Con gran dificultad, la niña finalmente vivió junto a su padre por casi dos años. Se llevaba muy bien con su padre y era muy feliz. La niña sintió que era la niña más feliz en este mundo, ya que tenía a su papá, mamá, abuela y tío amándola.
Sabrina ya no quería morir. Morir era la opción incorrecta. Ella quería vivir. ¡Ella tenía que vivir! Aunque tuviera que pasar por incontables dificultades y sufrimientos, ¡ella también tenía que vivir! Sus ojos no podían evitar mirar hacia la dirección de Ciudad del Sur y se mantuvo diciendo silenciosamente en su corazón: ‘Sebastian, tienes que esperarme. Espérame. Tienes que pensar en una manera para salvarme. Como una pareja casada, nuestros corazones laten con uno. Deben latir como uno’.
Sebastian estaba bebiendo mucho de nuevo. Nunca había sido un bebedor empedernido mientras crecía. Sin embargo, Sebastian había estado bebiendo mucho por dos días después del funeral de su abuelo. Sebastian se volvió soñoliento después de beber, y se quedó dormido en la habitación donde se realizó el velorio. Mientras dormía, tuvo un sueño. Él soñó que Sabrina lo estaba llamando y le pedía que fuera a salvarla.
“Amo Sebastian, bueno… su hija…”, dijo Maysun cautelosamente.
El celular de Sebastian sonó. Sacó su celular y presionó el botón de contestar varias veces antes de hacerlo correctamente. Consiguiente a eso, Sebastian tartamudeó: “Tú… ¿quién eres? ¿Qué-qué estás haciendo llamando mi celular?”.
En el otro extremo, una voz tímida podía ser escuchada: “Papá…”.
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