Castigado por su amor romance Capítulo 1987

Ambos cuerpos de Holden y Malvolio fueron sacados del barco. En cuanto a los subordinados de Malvolio, aquellos con delitos que no eran graves fueron todos dispersos, y aquellos con crímenes serios que hubieran cometido numerosos asesinatos fueron entregados directamente a la policía.

Esa noche estaba destinada a ser una noche de insomnio. Aino, Ruth, Yvonne, Marcus, Gloria, Jane, quien acababa de ser dada de alta del hospital y Alex, quien estaba cargando a su hijo, así como Zayn y su esposa, estaban todos esperando en la casa de Sebastian. Hasta Nigel, quien debería estar de luto en la Residencia Ford, también vino con Minerva. Eso fue porque Minerva deseaba mucho saber sobre la situación de su Tío Holden. La sala de estar era muy grande, pero ya se veía un poco llena después de tanta gente sentada allí. Todos ellos estaban nerviosos.

"¿Puede mi mamá volver hoy?", siguió preguntando Aino. Corrió hacia su abuela y le preguntó con un tono anticipado en ese momento, y luego se acercó hacia Ruth e Yvonne y las miró con mucha inquietud al momento siguiente.

"¿Puede mi mamá volver hoy?". La niña hacía esta pregunta cada cuatro minutos.

Ya habían pasado cinco días desde la última vez que vio a su madre. Ese fue el periodo más largo que estuvo separada de su madre desde que nació. Al ver que su Tía Ruth, su Tía Yvonne, y su abuela no le respondían, a la pequeña se le llenaron los ojos de lágrimas.

Gloria inmediatamente abrazó a la niña. Ella era su nieta. Gloria no se sentía mejor que Aino. Había estado desesperada al estar preocupada en los últimos días. En un momento, incluso pensó que si Sabrina no podía regresar con vida, entonces ciertamente ya no podría vivir más. Ella no podía perder a su hija, y no podía aceptar ver a su hija morir antes que ella. Sin embargo, cada vez que Gloria veía a Aino, pensaba amargamente que si moría, ¿qué tan lamentable estaría su pequeña nieta? ¡Eso no serviría! Ella tenía que criar a su pequeña nieta. Gloria abrazó a Aino muy fuerte. Tenía muchas ganas de decirle a Aino: "Todavía me tienes a mí. Todavía tienes a tu abuela". Sin embargo, no dijo nada. También sabía que si decía eso, entonces Aino ciertamente gritaría hasta volverse loca.