Castigado por su amor romance Capítulo 2008

“¡Ja, ja!”. Cuando vio a su padre así, Aino se echó a reír y se dobló sobre el borde de la cama. “Papá, te ves tan gracioso…”.

Sabrina se rio tan fuerte que su estómago dolía. Tuvo un pequeño desgarro cuando dio a luz al bebé, así que cuando se echó a reír, sintió el dolor, el cual instantáneamente la hizo hacer una mueca. "¡Ay!".

“¿Qué pasa? ¿Qué pasa, Sabrina?”. A Sebastian no le importó limpiarse la orina del bebé en su cara, en cambio, miró a Sabrina con preocupación.

“Ay…”. Sabrina se mordió el labio. “Duele…”.

Ella no lo dijo explícitamente, pero Sebastian también sabía que parte de su cuerpo era que le estaba doliendo. “No te muevas. Solo no te muevas. Te cargaré”.

Cargó a Sabrina con extrema precaución y lentamente la puso sobre la cama.

“¿Todavía duele estar en esta posición?”, preguntó él.

Sabrina sonrió gentilmente. “No duele en absoluto, Sebastian”.

“Es bueno que no duela”, dijo Sebastian.

La metió cuidadosamente en la cama antes de regresar hacia su hijo de nuevo. Se llevó el pañal que estaba cubierto de orina y lo cambió a uno nuevo. Desde levantar las lengüetas adhesivas, levantar el pequeño trasero del bebé, colocar el pañal correctamente y hasta amarrar el pañal. Aunque fue muy torpe durante todo el proceso, fue todo completado por Sebastian solo.

Incluso Aino, quien estaba viendo a un lado, se sintió incomparablemente orgullosa. Ella alabó a Sebastian: “Papá, eres tan meticuloso como mamá”.

Solo fue en ese momento que la familia de cuatro estaban en una grande y espaciosa habitación juntos que él sonrió. Su sonrisa era tan relajada y libre. Sabrina y Aino tampoco pudieron evitar sonreír ya que estaban contagiados por su sonrisa.

"Papá, estoy tan feliz". Aino se acurrucó en los brazos de su padre y puso sus dos manitas en las suyas.

Sebastian volvió a tomar a Aino de la mano, y luego tres de ellos sostuvieron juntas las suaves manitas del bebé. La familia de cuatro solo se agarraron las manos así por un largo tiempo. Sebastian de repente se dio cuenta que a lo largo de todos esos largos años, sin importar lo frío y serio, vicioso, y cruel que fuera, todos esos años de su vida fueron en vano. Solo era ahora que él sentía que realmente existía cuando estaba con su familia, su esposa y sus niños.

Esa noche, los cuatro se abarrotaron en una cama juntos. La pareja durmieron en cada lado de la cama mientras que los dos niños durmieron en el medio. Ese fue el sueño más pacífico que la familia de cuatro haya tenido.

Sebastian se levantó sintiéndose refrescado la siguiente mañana. Se sintió mucho mejor comparado al sentimiento melancólico que tenía en los últimos días. Sebastian fue quien se despertó más temprano entre la familia de cuatro. Sabrina y los niños todavía estaban durmiendo profundamente. Tuvo que primero salir y verificar que el desayuno estuviera todo listo por Tía Lewis, y luego ayudar a Aino vestirse antes de enviarla al jardín de infantes.