Castigado por su amor romance Capítulo 2093

Él no sabía que Isadora lo estaba llamando. Isadora pensaba que su voz era muy suave, así que llamó de nuevo: “Holden…”.

Vireo de repente se detuvo en sus pasos, y luego se volteó a mirar a Isadora. “¿Mmm?”.

“Holden, está bastante frío afuera. Cuando te cambies, abrígate bien. ¿Entiendes?”.

Vireo asintió. “De acuerdo”.

Cuando Vireo giró por la esquina, las tres chicas no pudieron evitar agarrarse las manos una a la otra con emoción. “¿Es verdad?”.

“Él realmente es Holden. Él es tu tío. Lo llamé y contestó. Él es Holden”.

“No les mentí, ¿cierto? Él es Tío Holden”.

“También siento que él es mi tío. Se ve exactamente igual que mi tío. Incluso su voz es la misma. Realmente es nuestro tío”. Aino no creía mucho que él realmente fuera su Tío Holden. Sin embargo, el mundo era un asunto tan coincidencia. Este hombre realmente se veía exactamente como su tío. El apellido de este hombre también era Payne.

Además de sentirse emocionadas, era como si las tres chicas también tuvieran miedo de que el Holden que acababan de encontrar se escapara, así que las tres corrieron hacia adelante como locas todas juntas con un entendimiento tácito entre ellas, y luego vieron que Vireo entró en una oficina después de que doblaron la esquina. Luego esperaron a Vireo fuera de la oficina.

En realidad solo habían pasado diez minutos, pero las tres de ellas sintieron como si hubiera pasado un siglo. Cuando Vireo salió de la oficina de nuevo, las tres estaban atónitas. Sin la bata de laboratorio puesta, el hombre en un traje se veía incluso más como Holden. Eso fue lo que pensó Aino. Isadora y Minerva se fueron más lejos. Para ellas, Vireo y Holden no eran parecidos, pero simplemente eran la misma persona.

“Vamos. Las llevaré a todas a comer algo. ¿Qué quieren comer?”, preguntó Vireo.

Aino alzó sus cejas. “Quiero comer pizza…”.

Aino tenía la personalidad de una niña, pero la pequeña niña era la más tranquila y la más compuesta entre las tres chicas. Ella sabía que lo más importante ese día era satisfacer a Minerva e Isadora, así que de inmediato cambió su respuesta: “Pero me gustaría comer lo que la Señorita Minerva guste”.

Minerva miró a Isadora. “Isadora, ¿qué quieres comer?”.

“Lo que importa es que estés feliz”, dijo el hombre.

“Holden…”. Las lágrimas de Isadora cayeron por sus mejillas de nuevo.

“No llores. Seré responsable de no dejarte llorar en el futuro”, dijo el hombre.

“Mmm”. El corazón de Isadora se derritió. “¿Estás dispuesto a conocer a… mis amigas?”.

“Por supuesto”, dijo el hombre,

“Te llevaré a conocerlas otro día”, dijo Isadora.

Justo después de que dijera eso, escuchó la voz de otro hombre decir de repente detrás de ellos: “¡Holden!”.