Castigado por su amor romance Capítulo 2094

Cuando ellos escucharon esa voz, la primera persona que se levantó fue Aino. Se levantó de su silla y corrió de inmediato. “¡Papá!”.

En ese momento, Isadora y Minerva, al igual que Vireo, vieron a Sebastian y Sabrina de pie no muy lejos de ellos. Había sido Aino quien secretamente le envió un mensaje de texto a sus padres sobre la situación aquí.

Ella estaba muy emocionada. Tan emocionada como Minerva. Sin embargo, a diferencia de Minerva, Aino nunca había vivido junto con su Tío Holden. El cariño que Minerva tenía por su Tío Holden estaba profundamente arraigado. Había estado tan estable desde su infancia. Por el otro lado, aunque Aino le agradaba mucho su Tío Holden ya que realmente era su tío, su cariño hacía él no era tan fuerte como el de Minerva.

Además, Holden les había tendido una trampa a ella y a su madre tan miserablemente en el pasado, así que Aino todavía tenía un rencor contra él. Luego, después de que el Tío Holden murió ella lo perdonó en el corazón. Por lo tanto, cuando vio de nuevo a su tío, ella sabía que este hombre se veía muy parecido a su tío y en un estupor, ella también sentía que él realmente era su tío. Sin embargo, Aino no perdió la cabeza. Estaba muy tranquila. Ella sabía que al encontrarse con una situación así, no era algo que una niña como ella podía solucionar. Más aún, ella no podía poner sus esperanzas en Isadora y Minerva. Todo lo que podía hacer era enviar su ubicación a su padre para dejar que sus padres vinieran. Sin embargo, lo que Aino no esperó fue que su padre llamaría el nombre de su tío tan pronto viera este hombre.

En ese momento, Sebastian estaba atónito. Ni siquiera notó que su hija ya estaba corriendo hacía él. Solo miraba a Vireo on ambos ojos fijados en él. Sabrina, quien estaba al lado de Sebastian, tenía la misma expresión que él.

Aino también estaba atónita. Se encogió de hombros y miró a sus padres. Después de eso, con mucho tacto se retiró a un lado y dejó que sus padres se reunieran con el hombre, como lo habían hecho Isadora y Minerva.

“Holden, ¿eres tú?”, preguntó Sebastian.