Castigado por su amor romance Capítulo 2189

Misty podría divertirse sola.

Misty empujó su propia silla de ruedas al frente de esa mujer que se reía a carcajadas. Luego levantó la cabeza y miró a esa mujer de manera desdeñosa. “Señora Ford, cuando estaba firmando el contrato de un proyecto tan importante con tu esposo, supongo que estabas acostada en algún salón de belleza recibiendo un tratamiento, ¿verdad? ¿Cómo sabrías los dolores de los que toman las decisiones en el campo de los negocios? Naciste hermosa, así que solo tuviste que depender de tu belleza para poder agarrar al Señor Ford con fuerza en tus manos”.

“¡Ah! Así es. No solo tienes al Señor Ford en la palma de tus manos, sino que ahora incluso lograste someter al padre del Señor Ford, el ex director del Grupo Ford, quien alguna vez fue muy poderoso, por lo tanto él no se atreve a criticarte más, ¿no? Cuando estabas embarazada en ese entonces y querías usar la niña en tu vientre para entrar a la familia Ford, él debió estar en desacuerdo, ¿cierto? Señora Ford, realmente eres algo. Yo, Misty White, te admiro mucho”.

La mujer, quien se rio a carcajadas anteriormente, miró a Misty mientras se sentía molesta y entretenida. “¿Tu nombre es Misty White?”.

“¡Eso es cierto! La socia de negocios de tu esposo”.

“¿Quién es mi esposo?”, preguntó la mujer que se rio a carcajadas.

“Señora Ford, realmente eres tan inocente y tierna. ¿Quién aquí no sabe que eres la esposa de Sebastian Ford, la Señora Ford?”.

“¡Ja, ja!”. La mujer, que se había reído a carcajadas, empezó a reírse de nuevo. Ella se rio muy imprudentemente y sin ninguna preocupación en el mundo. A través de su risa, estaba claro que no le importaba Sebastian en absoluto. Ella no estaba preocupada por él en absoluto.

“Tú... ¿en realidad me tomaste por la Señora Ford? ¡Ja, ja, ja! Me estás matando, Misty. ¿Eres incluso la socia de negocios del Grupo Ford? Eres una mujer, una directora, en el campo de los negocios, pero inesperadamente eres tan sarcástica con tus palabras. No soy la Señora Ford, pero puedo darme cuenta de que dijiste lo que dijiste porque tienes envidia. ¡Es envidia! Tienes envidia de la Señora Ford. No, ¡te has enamorado de Sebastian!”, gritó de repente enojada la mujer que se rio.