Castigado por su amor romance Capítulo 223

Sabrina no respondió directamente a la pregunta de Sebastian.

La expresión en el rostro de ella era miserable y simple, pero su tono era firme y tranquilo. “Está bien, de todos modos, ¡te debo dinero! Incluso si no te debiera dinero, tendrías una forma de hacer que te lo deba. En resumen, me has vuelto a capturar, y como ya lo has hecho, haré todo lo que me pidas”.

“De todos modos, mi reputación como mujer ha sido infame a los ojos de toda la alta sociedad de Ciudad del Sur. A los ojos de gente como tú, soy una mujer oportunista que tiene siempre un plan”.

“Por lo tanto, nada importa”.

“Mientras estés dispuesto a dejar vivir a mi hija”.

Hace un momento, cuando él estaba en una llamada con alguien, ella había escuchado todo claramente. Aunque nunca había conocido al padre de Sebastian, sabía que fue él quien llamó. Además, Sabrina pudo deducir por el tono de la otra parte, que tal vez toda Ciudad del Sur estaba esperando que Sebastian le diera un castigo adecuado.

De todos modos, no podía escapar de él.

Por lo tanto, nada importaba.

El hombre se enfadó por las palabras de Sabrina. Quería darle vuelta y darle una dura palmada.

Sin embargo, una vez que vio lo delicada que era, detuvo inmediatamente ese pensamiento impulsivo suyo.

Solo introdujo una de sus grandes y toscas manos en el largo y desordenado cabello de Sabrina. Luego la miró con una mirada pensativa y fría, y dijo mientras articulaba cada palabra: “¡Mujer! Escúchame bien. Mi amigo ya me ha transferido la deuda de diez millones de dólares”.

“A partir de ahora, ¡yo soy tu deudor!”.

“Sabes que soy un hombre de negocios”.

“Has visto con tus propios ojos cómo siempre he sido despiadado y cruel. Ya que la deuda de diez millones de dólares ha sido transferida a mí, cobraré un interés cada día”.

“Un interés. ¿Lo entiendes?”.

“¡Así que, mujer! ¡Será mejor que me satisfagas primero, solo así podrás ganar más dinero! Entonces solo así tendrás más posibilidades de saldar tu deuda conmigo. ¡Yo valoro la credibilidad cuando se trata de negocios! Siempre y cuando saldes tu deuda, dejaré ir a tu hija. No solo a tu hija, ¡si no que también te dejaré ir!”.

“¡La premisa es que primero tienes que servirme bien!”.

El tono helado de Sebastian se clavó en el corazón de Sabrina de inmediato como un pedazo de hielo, era frío y doloroso.

'Sabrina, lo que toda Ciudad del Sur dijo de ti no estaba equivocado. Él fue tan cruel contigo, pero aún así le tenías apego después de todo'.

'Al fin y al cabo, ¡eras una mujer barata!'.

Dos líneas de lágrimas claras rodaron por sus mejillas.

El hombre se inclinó y secó las lágrimas de las mejillas de Sabrina con su boca. Sus mejillas se enrojecieron de inmediato. Se sentía ligeramente abrumada y quiso apartar al hombre, pero éste la abrazó aún más fuerte.